Milan Kundera, además de haber creado aquel libro sugerente de "La insoportable levedad del ser", también escribió cosas muy bellas de fútbol: "El fútbol, es un pensamiento que se juega, y más con la cabeza que con los pies? Tal vez los jugadores tengan la hermosura y la tragedia de las mariposas, que vuelan tan, tan alto y tan bello pero que jamás pueden apreciar y admirarse en la belleza de su vuelo". ¿Es posible que Kundera escribiera esta bella sutileza después de ver jugar al jugador Iniesta en un partido de fútbol? Seguramente, igual que a mi me inspiró pasajes para mis escritos sobre fútbol.
Su timidez, la de Iniesta, le hace comportarse de una manera aparentemente dubitativa, lo mismo que con el balón parece que va y es que viene; que viene y es que va; que juega con la pelota al "yo-yo" ofreciéndola y escondiéndola en el mismo acto, que simula frente a los defensores que no se decide, que imita dudas para hacer dudar a los contrarios, y éstos desconocen que aquel lleva múltiples opciones en mente y, siempre, elegirá la mejor de una manera decidida?.Iniesta dispone de una gran capacidad ejecutiva aunque las percepciones superficiales nos anuncien otras visiones. Manteniendo su expresión angelical, dulce, amable, consigue que las madres lo quieran como a la imagen de un Niño Jesús? Con su proverbial habilidad, Juanma Lillo lo definió alguna vez: "Messi es el futbolista que mejores jugadas hace; pero Iniesta es el que mejor juega al fútbol".
Se sitúen mentalmente: Cabeza alta, los pies como tentáculos palpando el balón, sintiéndolo aunque no lo mire, llegando a la línea de fondo, provocando errores ajenos, tanteando, creando dudas a los oponentes, manejando a la perfección los principios infantiles de "no pérdida del balón" aprendidos en "La Masía", selectivamente decide con precisión de neurocirujano y la jugada acabará en un pase, o en una "croqueta", o en un tiro a puerta, o en gol en último caso. Sin embargo, Iniesta busca a sus compañeros igual que un montañero fija los arneses de seguridad, espera que los defensores se decanten por un camino y se confundan de lleno, para después filtrarse por los espacios abandonados? Quizás la auténtica grandeza del futbolista provenga de su naturalidad, de su sencillez, de su aparente endeblez, de su timidez, de su personalidad de hombre de pueblo? Con su levedad cautiva en esos campos de Dios lo que resulta insoportable para los futbolistas contrarios?