En la época de Roma antigua surge la recuperación del respeto a las personas mayores, a los que se les otorga más peso en su vivencia, manifestaciones y consejos, con aceptación de gran autoridad "pater familiar" y la ambigüedad permanente en el destino de los ancianos. Pasado un tiempo de esta elevada consideración y respeto al mayor, surgen las generaciones siguientes de jóvenes que comienzan a detestar a los ancianos en su dignidad y poder que habían alcanzado por su sabiduría y experiencia, como pudieron ser Pablo Emilio, de Curio (vencedor de Pirro), de Coruncanio (gran pontífice en el año 253), de Apio Claudio (cónsul en el 307) , de Publio Escipión, de Valerio Corvino (seis veces cónsul en 46 años, retirado de la vida pública. Llegó a ser centenario), de Fabio Máximo (dictador ante Aníbal), de Catón el Viejo, de Mario (rival de Sila, murió a los 71 años), entre otros muchos. Mención especial en describir la situación y valoración sociológica del anciano en su época de la Roma Antigua, son CICERÓN y SÉNECA.
CICERÓN (Marco Tulio Cicerón, 3.I.106 a 7.XII.43 a. C.. Murió asesinado cuando tenía 63 años), filósofo (de pensamiento ecléctico, aprendiendo lo mejor de cada pensador, preferentemente de la filosofía helénica y en oposición absoluta del escepticismo radical), humanista, jurista (donde destaca su obra maestra, el "De officiis" o "Sobre las obligaciones"), escritor (gran estilista de la prosa en latín), excelente orador, retórico y político. Con este resumen sobre la personalidad y conocimientos de Cicerón, comentamos su escrito sobre apología de la vejez, "DE SENECTUTE", en boca de Catón el Viejo, en el que hace, a sus ochenta años, una pormenorizada reflexión sobre la existencia y vivencia de la ancianidad, elogiando esta etapa de la vida, donde manifiesta, que el carácter y no la vejez es el responsable de sus principales achaques: a) la falta de sensatez en algunos ancianos. b) la exclusión del manejo de los negocios. c) La debilidad física. d) La renuncia a los placeres carnales y e) la cercanía de la muerte. Escrito del que podemos aprender lo que Cicerón decía y aconsejaba a los romanos en su época, "llevar una vida sana otorga una vejez con grandes beneficios físicos y mentales", incrementados por las ventajas que produce la sabiduría, la adquisición de algunas virtudes y experiencia para poder disfrutar en la ancianidad. Recordamos una frase escrita en las postrimerías de su vida, "estos son malos tiempos para los ancianos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres".
SENECA el joven, (Lucio Anneo Séneca , 4 a. C a 65 d.C), pensador, filosofo, escritor, moralista, orador y político (Cuestor, Senador, Ministro y Consejero de Nerón). Fue uno de los máximos representantes del estoicismo (escuela filosófica defensora del autodominio y la fraternidad universal que fundó Zenón de Citio, 334 a.C. ? 262 a.C), que proponía fundamentar y preferenciar para la vida de los romanos, concretamente para el anciano, como era llevar una vida virtuosa, intelectual y en consonancia con la naturaleza. Sentimientos hacia el anciano que se mantienen en Roma durante la época republicana, que, incluso siguen estando representados en el Senado hasta instaurarse el Imperio Romano, esta ideología en favor de la vejez, se enfrentaba a la pérdida de los valores éticos y morales que los romanos estaban perdiendo a la vez que iban aumentando todos los valores opuestos, materiales, inmorales, etc. en los que los ancianos, son presentados como tiranos, avaros y lascivos y otros, como Juvenal los presenta como decrepitud e impotencia como persona (Plauto en su obra Asinaria y en Casina escribe "la agilidad me abandona, la vejez me agobia, mi cuerpo es una carga pesada. Mala mercancía esto que se llama la mala edad"). El anciano era el mayor perdedor en todos los aspectos, desprestigio social, dignidad, respeto, etc., que le llevaron a sufrir miserias y humillaciones por ser viejo, induciendo con frecuencia al suicidio, acto que aprueba Plinio, y Seneca lo justifica, volviendo a admitir el concepto aristotélico de considerar la vejez como una "enfermedad incurable" así dice en una carta dirigida a Lucilio, " no os espante la muerte; o extermina o transforma vuestra existencia", lo que contrasta con su base ideológica estoica y le imposibilita poder valorar con realidad la etapa de la vejez, que considera "la felicidad en el anciano está en saber renunciar a todo, incluso a la vida, justificando el suicido en la vejez para evitar el dolor".