Vamos a ver si nos relajamos, al menos por una semana, y aparcamos la crisis. Si tienen paciencia, les explicaré el porqué del gran cuadro de Courbet, de 1866, "El origen del mundo", que ilustra este artículo. La otra ilustración es un avance en el tiempo, arte de la calle, que sale por primera vez a la luz en los medios. Pero todo esto tiene su razón en las modas.
No quiero ser tachado de atrevido, pero al ser una información, más que una opinión, descargo mis culpas sobre esos infieles que desde fuera, un día sí y otro también, terminan por imponernos sus caprichos. No obstante, pido encarecidamente que este texto solo se lea en horario de adultos.
Nosotros fuimos los primeros en quejarnos cuando nos implantaron la moda del rasurado. Toda la vida se dijo que "donde hay pelo hay alegría", pero como vimos que se abría toda una industria a su alrededor, y además era muy higiénico, unos por ver más y nuestras compatriotas por solidaridad con la industria, la mayoría se apuntaron a la moda.
Así, como si fuera cosa de toda la vida, con total naturalidad, las españolas se acercaban a los centros de estética pidiendo "una brasileña", un "San Valentín", un "rasurado completo", etc. pasando del moño de toda la vida al afeitado del monte y las axilas, antes sobaquina. Sin embargo, esto camina hacia una retrospectiva, pues al parecer el matojo es más sano.
Hoy que parece que vuelven las aguas a su cauce, hay que decir que esto fue un desafío a la naturaleza, pero superficial al fin y al cabo, ya que en nada se parece a una liposucción o a la moda china de operarse los ojos para parecerse a los occidentales.
Otra moda que viene de Oriente es la operación de los pómulos para cambiar el rictus de seriedad por un rostro sonriente. Y lo raro de estas cosas es que hay gustos para todos. Así, Ronaldinho, que todos nos sentíamos felices sólo con mirarle a la cara, daba gusto verle, resulta que al contrario que los chinos se ha operado para que le quiten la sonrisa.
Sin embargo, aquí, en España, tenemos un producto nacional que erre que erre es totalmente inmune a las modas. Y como son personas juiciosas que han elegido seguir en su estado natural por narices, los vamos a traer aquí como un ejemplo de coherencia. Hablamos de nuestro cantante de pop aflamencado Antonio Carmona y nuestra oscarizada actriz Rosi de Palma.
Espero no haber herido la sensibilidad de nadie, pues en este mundo en involución esto nunca se sabe y, por tanto, la censura en el cuadro es de mi cosecha.