El envejecimiento como proceso fisiológico universal ha existido siempre; pero en el último siglo hemos asistido a un aumento de la expectativa de vida en más de 30 años. Fenómeno demográfico que nunca se había producido y que ha convertido al envejecimiento poblacional en uno de los mayores retos sanitarios y sociales que tienen plateados las sociedades avanzadas y modernas del Siglo XXI. Sobre todo porque hay que tratar de que este fenómeno biológico multicausal y cultural que nos concede el privilegio de vivir muchos más años se produzca de manera organizada y planificada para que pueda conllevar el mayor grado de Vitalidad y Bienestar.
La Salud y la capacidad funcional en este proceso de envejecimiento dependen de la trayectoria vital de cada individuo y del entorno social en el que se envejece. Por este motivo, no conviene olvidar que este progresivo envejecimiento de la población se ha producido por el éxito de las políticas sanitarias y sociales, por la mejora en los estilos de vida relacionados con la Saludy por la introducción masiva y generalizada de las actividades preventivas.
Actualmente, el primer reto relacionado con el envejecimiento de nuestros mayores es el organizativo asistencial y su gestión que debe hacerse compatible con la calidad asistencial como objetivo sanitario y con la Calidad de Vida como meta social. Así se conseguirá que éste sea saludable. La calidad asistencial de nuestros mayores exige atención multidisciplinar, trabajo en equipo y continuidad de cuidados entre la Atención Primaria (AP), la Atención Hospitalaria y la Atención Sociosanitaria (ASS). El seguimiento y la continuidad de los cuidados deben asegurarse y controlarse por el equipo de AP si el anciano es autónomo o dependiente y vive en casa y por los profesionales de la ASS si está institucionalizado. El otro componente es la gestión del proceso funcional y asistencial del día a día, en el que hay que poner el énfasis en la Calidad de Vida, es decir, más que aumentar el número de años, hay que dar Vida a los años o lo que es lo mismo, que vivan los años que vivan lo hagan con Calidad para que les merezca la pena vivir y disfrutar de forma activa de la vejez.
Para conseguir este proceso es más adecuado dar mensajes y recomendaciones en positivo, que en negativo, no puede comer esto, no puede hacer esto, etc. Cualquier anciano, si puede decidir, firmaría un contrato de vida con menor duración; pero con mejor Calidad de Vida. Además, se debe tener presente el principio ético de autonomía, es decir, dejarles decidir entre vivir mucho y mal o vivir menos y bien. Envejecer no puede, ni debe equiparase a arrastrarse por la Vida.
Los ancianos deben ser los protagonistas de su Vejez y de su proceso de envejecimiento, tienen para ello que desear vivir y disfrutar, lo que significa, ser activos y participativos, moviéndose dentro de casa y/o paseando. También comer de todo, de forma variada y equilibrada; es decir, en las cantidades adecuadas ybajo la supervisión de su médico o de quién controle y supervise su vejez. Con estas dos simples medidas se controlan muchos problemas de Salud (estreñimiento, diabetes, hipertensión arterial y mejora la capacidad respiratoria y cardiaca) y se mejora la Salud Física y la Vitalidad. Los paseos como el dejarse llevar sin prisas, sin rumbo fijo y sin objetivos concretos, acompañados por una respiración sosegada y una circulación cardiaca tranquila que les permita hablar y conversar para disfrutar. Todo esto mejora lo físico y lo mental, también lo social dado que les permite participar y ser parte activa de sus calles, de sus plazas y museos, de los demás y de la Sociedad que ellos han contribuido a desarrollar. En definitiva, hay que procurar Bienestar y cierta Calidad de Vida al proceso de envejecer.
Envejecer saludablemente es vivir y disfrutar de forma activa y participativa del paisaje y de la Sociedad en la que vivimos y envejecemos y, el Envejecimiento Saludable se ha convertido en un indicador sociosanitario de progreso y prosperidad.
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