Encontré un libro entrañable ("Adiós al fútbol") que reforzó mis recuerdos, sin caer en la trampa de la memoria pensando que el fútbol de antes era mejor que el de ahora. Valerio Magrelli, poeta y ensayista, apasionado del fútbol, escribió: "Y llegamos ahora a las tertulias de televisión, esas que ahora devorará mi hijo adulto, tengo que admitirlo. Se llaman "presepi", pesebres. Los pastorcillos alrededor, después el buey con el asno, José, María, y los tres Reyes Magos. En lugar de Jesús, por último, el balón. Pesebres, pero también representaciones profanas inspiradas en la Comedia del Arte, con todas las máscaras de nuestra tradición. Y abajo Polichinela o Arlequín, Pantaleón o Colombina. Por una parte, adoración, y por la otra, cabriolas y bastonazos".
Es un retrato futbolístico que expresa muchas situaciones de la actualidad como la que hace unas semanas observamos en un programa de ese modelo citado por Magrelli, su presentador fue despedido cuando llevaba más de 6 meses sin cobrar e incluso no pudo liberarse de unas cláusulas corsarias. Ya alerio Magrelli había escrito: "¡Y la ropa! ¡Se cambian todos los días! Me paso horas mirándoles las corbatas. ¿De dónde las habrán sacado y con qué criterio? También esto es fútbol, fútbol al cuadrado, embriagador, empalagoso. Una moviola más, un beso más?"
Hoy vemos a esos presentadores esbeltos, risueños, elegantes, chistosos, sonrisa "Profiden", tan embriagadores y empalagosos que empiezan hablando de fútbol y futbolistas para rematar alabando las maravillas de unos calzoncillos muy "acogedores", un champú anti-caspa que hasta alivia las meninges, un yogur biológico que aumenta las resistencias de nuestras sobrecargadas tripas, o un jamón de cerdo ibérico que come bellotas en píldoras? Con tanta fantasía, lo que menos importa es el fútbol; quizás por eso el poeta reflexionó sobre su "Adiós al fútbol".