¿Han reparado por unos momentos en la indumentaria del prototipo etarra? Seguro que sí lo han hecho alguna vez. Ahora que salen de las cárceles tan precipitadamente, que los recogen familiares y correligionarios también prototípicos, y que están tan en el centro de la información, pues se nos ofrecen todos con un aspecto formal casi idéntico en cuanto ropajes, cabellos, adornos, que hacen más que evidente el hermanamiento ideológico de todos ellos (y aquí el hábito sí que hace al monje). No creo se vistan de firmas textiles al uso. Que no. Usan camisetas amplias negras, verdes, rojas, grises; sudaderas parecidas, camisas a cuadros de "leñador" urbano, algún suéter de lana gorda y color discreto que recuerda a los tejidos por la amatxo, barbas descuidadas, pelo algo largo y engreñado, o corto y flequillo desordenado hacia adelante, cuando no aparece la calvicie incipiente o ya del todo instaurada en el activista que ya está de vuelta, algunos con aros orejeros plateados y discretos, labiales o narigudos; pañuelos palestinos al cuello, alguna cazadora o chubasquero amplio, preferentemente oscuro y amplio. Todo menos elegancia propiamente dicha en el vestir. Que eso no. Independientemente de los muertos que haya a sus espaldas. Parece que son todos activistas (activos, nunca mejor dicho), preparados para volver a correr en cualquier momento, para camuflarse entre multitudes de jóvenes (aunque ellos ya sean bastante talluditos algunos), para andar subidos por el monte de excursión o de fuga, para tomarse unos chiquitos en errikotaberna con colegas, pero nunca, nunca para ir a un trabajo de oficina, atender un comercio, para ir a una boda convencional, para alojarse en un hotel de algo más que de medio pelo, para comer en un restaurante que no sea de menú del día barato, o para ir a un funeral donde se atisbe cierta normalidad. Ese aspecto formal limita mucho. Mucho, caray. Y define mucho también. Posiblemente defina más que la bandera que hacen toda suya y hondean todos con fanatismo. Son toda una casta. Y el resto de bien pensantes ortodoxos vascos a vestirse de massimo dutti para ir a trabajar, de zara, de cortefiel, del corte inglés, como hombres y mujeres normales, aunque piensen en separatismos también. Por eso se me hace imposible creer que un futuro estado vasco independiente (que puede llegarles cualquier día) pueda ser diseñado al modo que los ortodoxos bien pensantes deseen y no como los extremistas etarras de cutre indumentaria tan informalista hayan decidido ya de antemano. Que para eso son ya tantos, se han jugado la vida (y se la han "jugado" a otros inocentes) o han sido perseguidos con la cárcel. Ellos son el peso específico y la mejor correa de transmisión del independentismo fetén. Faltaría más.