Tenemos que aprender algo muy importante de nosotros mismos. Algo que somos capaces hacer en estas fiestas navideñas y que parece que olvidamos el resto del año.
¿Hay un motivo para tener una actitud de agradecimiento durante estas fechas que no tenemos durante el resto del año? Durante las Navidades, somos más tolerantes, más agradecidos, llamamos a familiares y amigos para felicitarles las fiestas, recordar buenos tiempos y compartir esperanzas. Los teléfonos móviles se inundan de mensajes de felicitación, bien sea por mail o por WhatsApp, y sin embargo el resto del año olvidamos esta actitud igual que olvidamos los buenos propósitos de enero.
Supongo que lo que nos mueve a ser más generosos en Navidad es, en parte cultural y en parte el deseo de sentirnos bien. No estoy hablando de ser generosos con cosas materiales, ni con grandes banquetes, hablo de la generosidad de compartir nuestro tiempo y de interesarnos por los demás, hablo de dar a otros nuestra compañía, ofrecer nuestra amistad, de compartir nuestros conocimientos y un montón de cosas más.
Podríamos elegir no felicitar las navidades, no agradecer, no llamar a nadie? podríamos elegir no hacerlo el resto del año? y parece que esto es lo que efectivamente elegimos. Elegimos compartir más en Navidad que en cualquier otra época del año pero no nos planteamos cuáles son los motivos que tenemos para no hacerlo el resto del año.
Si le pido que ordene unos valores según su importancia, y ofrezco la siguiente lista: Felicidad, libertad, seguridad, alegría, paz, amor, aprendizaje, respeto, generosidad. Seguramente pueda tener dudas razonables acerca del orden o la prelación a elegir.
Si en la lista de valores ofrecida añadiese: Injusticia, maldad, ignorancia, traición, intolerancia, egoísmo. En un porcentaje muy alto, estos valores estarían en la parte final de la lista o no estarían. Digamos que incluso dentro de la cárcel, la traición está mal vista o el egoísmo da paso a un sentimiento de unión y protección dentro del grupo.
En realidad, lo que nos hace sentir bien en estas fechas es lo mismo que nos hace sentir bien el resto del año (salvando la parte cultural y de festejos) y es la elección de comportamientos que satisfacen nuestros valores más importantes. Elegimos respetar más que en otras fechas, elegimos ser más generosos de lo habitual, elegimos aportar más alegría a nuestro entorno, hacemos sentir y sentimos la seguridad que aporta la familia, etc.
No es mi intención decir qué comportamientos debe tener nadie y mucho menos qué valores, simplemente propongo un ejercicio que puede llevar no más de cinco o diez minutos, que además puede hacerse en compañía, generando un debate acerca de los motivos por los que consideramos más importantes unos valores que otros (no para tener razón, sino para averiguar qué es lo que cada uno valora) y en función de eso, que cada cual tenga los comportamientos que quiera y que observe cómo se siente cuando dichos comportamientos satisfacen sus valores más importantes.
Y si todo esto, estos comportamientos, nos hacen sentir mejor, ¿qué nos impide seguir teniéndolos el resto del año? O mejor aún, ¿de qué manera nos podemos comprometer para seguir teniéndolos sin dejarnos llevar por la vorágine del día a día?