La mayoría de las personas ? lo escuchamos en la radio, lo leemos en los diarios- aprovecha estos últimos días del año para hacer propósitos para el que vendrá. Se preguntan qué pueden cambiar para llevar una vida más saludable, para ocupar tiempo que se escapa sin darle sentido? quizá buscando las razones de insatisfacciones no resueltas.
Yo, desde hace ya algunos años, venía haciendo un ejercicio distinto. Al llegar estas fechas, como si fuera una empresa al fin de su ejercicio social, hacía un balance del año que se marchaba y una escrupulosa relación de los aciertos y errores, de lo que debí hacer y no hice, de lo que salió bien, de aquello que pudo ser y no fue?creía que era una fórmula adecuada para repasar en qué me había equivocado y de esa manera poder cambiarlo en el futuro, pero al final, y casi siempre, acababa el año con un tremendo pesar por los sueños incumplidos.
Este año ha sido diferente y yo, tras doce meses muy largos y extrañamente enriquecedores, he cambiado. Se acabaron los balances y los propósitos, terminó esa estúpida necesidad de proyectar el mañana porque cada día es el primer día del año si queremos ilusionarnos. ¿Por qué esperar a que comience un nuevo año para hacer lo que creo que debo hacer?, ¿por qué necesitar una excusa para dedicar más tiempo a lo que deseo? No es necesario esperar a una fecha sonora para empezar a cambiar, la espera resulta ser al final la excusa para postergar aquello que en el fondo creemos que debemos hacer pero para lo que nunca encontramos tiempo.
Los años son mejores o peores, hay temporadas dulces y algunas muy amargas, el tiempo pasa y a veces nos asusta no haber satisfecho nuestras expectativas pero no hay que esperar, es un error. Hoy es 27 de diciembre y no voy desaprovechar cinco días torturándome por lo perdido ni soñando con lo que, como cada año, quiero creer que voy a hacer. Hoy voy a empezar mi día con alegría, con fuerza, con la intención de aprovechar todos sus segundos para no arrepentirme dentro de 365 días, porque cada instante es único, porque cualquier día es el mejor para empezar un nuevo año y no importa la fecha, sólo importa la actitud y quizá hoy no sea el mejor día de mi vida o de la suya pero lo habremos intentado y es más que suficiente.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.