Medidas aconsejables que los ancianos deben seguir en época invernal:
*.- Protección del medio ambiente: Procurar tener buena temperatura en su vivienda, no excesiva. Es aconsejable la temperatura ambiental en casa oscile entre 21 y 24 grados (si precisa se puede poner un jersey o chaqueta), especialmente en el dormitorio, donde evitará calefacción intensa. Toda la vivienda debe ser ventilada en las mañanas, entre media a una hora y si es posible humedificar. Es muy importante tener presente el peligro, en potencia, que tienen los calefactores de gas, braseros de cisco, etc. (por desprender gas tóxico, provocar incendios, etc.) Se deben evitar lugares de ocio con gran aglomeración de público, intenso ambiente polvoriento, viciado de humo, alérgico y en épocas de infecciones gripales. Evitará cambios bruscos de temperatura y en caso de tener que hacerlo, procurar respirar (inspirar) por vía nasal.
*.- Actividad en invierno: Debe seguir haciendo la que habitualmente realiza, siendo aconsejable, ejercicios físicos, preferentemente pasear. Sí se debe cambiar al horario de verano al de invierno, es decir, realizarlos en las horas centrales del día y evitar las primeras y últimas del día, que hace más frío y la oscuridad en estas horas disminuyen la visión. En estos ejercicios se debe tener más cuidado, pues debemos tener presente que el piso puede estar mojado, nevado o helado y facilita las caídas, que en los mayores son extremadamente importantes y en ocasiones graves.
*.- Se debe utilizar ropa invernal para salir a la calle, que protejan todo el cuerpo, preferentemente las partes más dístales del cuerpo, que es donde se pierden más calorías, cabeza, manos y pies. Deben utilizarse prendas de abrigo que impidan perder calor y entrar frío al cuerpo. Deben utilizarse prendas que sean cálidas, transpirables y aislantes.
*.- Alimentación en invierno: Es distinta a la que se tiene en verano, las apetencias son otras, así deseamos infusiones calientes (té, tila, café, etc.), platos calientes, mayor cantidad de comida y más energetizantes. Ahora bien, esta variación en el tipo de alimentos no debe significar modificar el equilibrio entre los alimentos a ingerir, y de forma muy especial, la cantidad de líquidos. Son aconsejables caldos, sopas, cremas, verduras, legumbres, arroz, etc.. El segundo plato debe seguir siendo variado, carnes (en menor cantidad y frecuencia las rojas) , pescados (debe ser preferente el pescado a la carne y en ellos, el azul sobre el blanco) y huevos en formas culinarias de fácil digestión. Se debe seguir bebiendo líquidos en cantidad de 1.5 a 2 litros diarios (salvo que exista contraindicación médica por padecer alguna patología), zumos, leche desnatada, caldos, agua, etc. Incluso es recomendable tomar una vasito de vino tinto en la comida