Cuando observas las noticias de la televisión relacionadas con los sindicatos en Andalucía y, más concretamente con UGT, te preguntas si esas cosas no estarán pasando también en esta nuestra tierra. Recuerdas lo que fue la PSV y, haciendo un esfuerzo, te viene a la memoria que también estuvo por estos pagos charros? y piensas, ¿no pasará algo parecido, ahora, con esta u otra organización sindical?¿quizás en todas? O en ninguna.
Miras en otra dirección y contemplas cómo determinados sindicatos de trabajadores públicos y privados o, de los denominados, independientes, tienen direcciones indeseadas, mal educadas, mal encaradas, profundamente contestadas y que se han intentado defenestrar, empero se mantienen en el prurito y, curiosamente, se dedican a "custodiar" los cursos de formación u otros trabajos similares ¿por qué será?
Te limitas a la observación y sigues viendo cómo mediocres profesionales que se asocian con determinado sindicato, se dedican a realizar cursos, que les reportan pingües cantidades de dinero que les hacen salir de una situación en la que se limpiaban los mocos a otra sobradamente desahogada, a la par que no se repercute fondo alguno ni al sindicato, ni a los locales o centros de formación y? ¿dónde estará ese capital?
Alguien, malvado en su pensar, me dijo el otro día, mientras tomaba un café, que determinados dirigentes del sindicato habían sido reforzados en su mandato, pese a no ser queridos por nadie, para mantener los cursos y las tramas económicas con los de más arriba que participaban del betún. Un poco más tarde, otra lengua bífida, me contaba la historia de una asociación con otro sindicato y me indicaba la basurilla que quedaba entre los dientes de los comensales de tal o cual organización sindical.
Los sindicatos, como los partidos políticos, son importantes; pero, en uno y otros, de una y otra dirección, se mueven los sobres, los dineros, las "putillas" y "chaperines" que, por una caricia, o unos euros, son capaces de vender a su madre, razón por la cuál mientras no exista transparencia, claridad y honradez, y se acabe con el miedo? esto irá de mal en peor y, cuando ocurra lo que nadie desea, nos echaremos las manos a la cabeza. ¡Uf qué de mierda! Ya está bien de zarcillos, dagas bajo la capa y patas de palo en sindicatos, partidos políticos y en la sociedad.