La educación no debe estar al servicio de intereses políticos. El debate no debe ser concertada o pública, lo prioritario es que sea de calidad y que llegue a todos porque es un derecho fundamental y no puede regularse por el poder adquisitivo de los padres. No podemos hacer bandos entre los que nos dedicamos al noble arte de educarnos con nuestros alumnos.
Yo parto de la educación concertada y como otros muchos no tenemos ánimo de lucro, además somos selectivos pero de otra forma, "clasistas a favor de los últimos", dedicándonos a los que rechaza también la pública porque los etiquetan de alumnos fracasados y causan muchas bajas entre los funcionarios por "maltrato" al profesorado. El no presentarse a unas oposiciones no significa que se esté menos preparado o que te contraten a dedo, al contrario te exigirán unos méritos reflejados en un curriculum y defendidos en una entrevista. Además se necesitará un continuo reciclaje porque no es para siempre, últimamente los despidos salen más baratos y es difícil acomodarse.
Por lo tanto estoy a favor de la escuela pública, aquella en la que el mejor profesor, al igual que el mejor médico, es el que busca soluciones con los alumnos con más dificultades. No se pueden echar balones fuera, los culpables no son los enfermos, tampoco los alumnos, de hecho no hay culpables sino profesionales comprometidos con la causa de transformar la sociedad desde la escuela.
La escuela debe estar viva y dar herramientas para el presente de los niños y adolescentes, en la familia y en la calle, esa es la verdadera motivación. No creo en una escuela bancaria, donde la autoridad venga desde fuera y considere a los alumnos placas base de acumulación de datos obsoletos que no traspasan lo obvio, ni en una escuela simplemente activa que frivolice y compita con el entretenimiento de Disney con sus TIC. Creo en una escuela liberadora que fomenta el espíritu crítico y en la que el mejor alumno es el más capaz de ayudar a sus compañeros.