Miróbriga se pone en órbita lanzando cohetes y explorando el cielo entre las nubes

A lo largo de la tarde-noche del sábado se desarrollaron las actividades principales de El Cielo de Ciudad Rodrigo, el proyecto de astronomía puesto en marcha por el Ayuntamiento y la Organización Salmantina de la Astronáutica y del Espacio (OSAE) que ha permitido conocer mejor todo lo que hay -como reza el título- en el cielo mirobrigense, aunque las nubes lo han puesto un poco complicado.

Esta aproximación al espacio ha contado con una gran aceptación, dándose cita un buen número de mirobrigenses de variadas edades. En la tarde sabatina, fueron protagonistas destacados los niños en las actividades que se desarrollaron en el interior de La Fábrica así como en su entorno exterior.

En lo que se refiere al interior, hubo 4 talleres, dos de ellos con un carácter más didáctico y de futura utilidad, como fueron la construcción por parte de cada participante tanto de un reloj solar como de un planisferio celeste. En lo que respecta a los otros dos talleres, fueron de carácter lúdico, permitiendo a los niños llevarse para casa caretas con formas de planetas, y su propio cohete de papel para lanzarlo con una pajita. Además, todos los que quisieron pudieron pasar por un photocall donde había la oportunidad de convertirse en 'astronautas'.

Al mismo tiempo que esto tenía lugar en el interior, en el exterior ya se pudieron realizar las primeras observaciones con telescopio del cielo. La gran actividad al aire libre fue el lanzamiento de varios cohetes de agua, construidos a partir de botellas de plástico. A esas botellas se les metió agua y posteriormente se les insufló aire a presión para realizar una serie de lanzamientos que suscitaron una notable expectación, sobre todo entre los niños, que se encargaron de propulsar los cohetes.

Concluida la ronda de lanzamientos, los que quisieron pudieron volver a entrar a La Fábrica a rematar los talleres, todos ellos dirigidos por integrantes de la Organización Salmantina de la Astronáutica y del Espacio, que explicaron cómo hay que usar tanto el reloj solar como el planisferio celeste.

La programación de El Cielo de Ciudad Rodrigo continuó a partir del anochecer en la Puerta de Santiago, donde se montaron varios telescopios de gran tamaño para observar el cielo, en el que había ciertas nubes que dificultaron el visionado de todo lo que había previsto: Marte, Saturno con sus anillos, Andrómeda o la Luna.

La observación también fue más complicada de lo previsto debido a los coches. Ante el corte al tráfico de la Puerta del Sol, no era aconsejable cerrar también al completo la Puerta de Santiago como estaba inicialmente previsto, con lo cual los vehículos pudieron abandonar el recinto amurallado por la bóveda (aunque tenían que desviarse obligatoriamente en dirección al Cuerpo de Guardia de San Pelayo). La salida de los vehículos por la bóveda hizo que la Puerta de Santiago se iluminase continuamente, haciendo 'inútil' el apagar las luces para tener una oscuridad 'total'

A los que se acercaron a la Puerta de Santiago, se les facilitó un filtro de color rojo para sus móviles para evitar que la luz de las pantallas de los mismos molestase. Al mismo tiempo que se iban viendo los distintos objetos celestes, integrantes de la OSAE los fueron explicando. Aunque en un principio esta observación iba a durar hasta la medianoche, hubo que finalizarla antes de lo previsto debido al viento.