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Pregón íntegro de Lauren Risueño para el Centro Cultural y Recreativo El Porvenir
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PRECARNAVAL CULTURAL 2016

Pregón íntegro de Lauren Risueño para el Centro Cultural y Recreativo El Porvenir

Actualizado 01/02/2016
David Rodríguez

CIUDAD RODRIGO | El pregón, pronunciado en la tarde del lunes, tuvo dos momentos musicales, incluido un homenaje a 'Triguito'

[Img #546325]Autoridades, Junta directiva del Centro Cultural y recreativo "El Porvenir". Señoras y señores. Amigos todos.

En esta noche singular hemos sido convocados para calentar nuestros cuerpos, (pero sobre todo) nuestros corazones, en la hoguera ardiente del carnaval del toro. Una locura colectiva mágica que inunda los corazones mirobrigenses de una sangre caliente y poderosa, y acoge con gozo a los forasteros que nos visitan a los sones y al ritmo fraterno y triunfal de la campana gorda.

En vísperas de nuestras fiestas, un hormiguillo recorre el cuerpo de cada farinato y, aunque la vida en la ciudad sigue fluyendo, se detecta cierta animación contenida a la espera de los días que están por llegar.

En las casas se hace limpieza general y se cuecen dulces; las alacenas y despensas se llenan de embutidos de todo tipo, de sabrosos hornazos y suculentos caldos para así no perder el tiempo en las cocinas y poder compartir estas viandas con familiares y amigos.

La ilusión se desborda en espera de nuestro antiguo carnaval (desde el siglo XV, nada menos, datan los primeros testimonios de esta fiesta) ¡ahí es nada! Y de ahí que tengamos también una larga historia de magia festiva. Han sido innumerables generaciones las que han corrido los toros, las que se han divertido y juergueado en el fulgor de la fiesta, y nosotros este año y espero que muchos más, haremos lo mismo. Sentiremos las mismas emociones que nuestros ancestros al ver los toros pisar las calles de Ciudad Rodrigo; y no es necesario torearlos, ni correrlos, para sentir ese excitante y a veces angustioso "noséqué" en el estómago.

Cruzar la plaza antes de comenzar la capea; andar por la calle Madrid momentos antes del encierro, o también saber que el toro puede sorprenderte en cualquier esquina? Todo ello genera una emoción y nerviosismo siempre amplificado por el "gong" del reloj suelto zumbando en el oído.

Y si el toro es importante en nuestro carnaval, no lo es menos el disfraz. Porque señoras y señores, este es "EL CARNAVAL DEL TORO", y como carnaval, fiesta de máscaras, el disfraz tiene un papel relevante en nuestra fiesta. En definitiva somos la suma del toro y del carnaval.

¿Y cómo olvidar a aquellos farinatos populares y bullangueros que de forma espontánea y generosa inundaban de alegría y humor las calles y plazas mirobrigenses? ¿Cómo no traer a la memoria a la charanga del genial Agustín San Ezequiel, "Triguito", siempre acompañado de sus inseparables "Resiste y Dionisio" y dirigidos por su entrañable amigo "Tiquio"? Con seguridad los máximos referentes de la animación callejera del carnaval de Ciudad Rodrigo. Recuerdo también con cierta nostalgia aquellas larguísimas colas de gente bailando al frenético compás de la dulzaina, el tambor, y el bombo; y de cómo la ciudad entera se había entregado a la alegría y al entusiasmo, como si todos fuéramos un solo corazón de fiesta.

(SALE LA COMPARSA)

Triguito: Muchas gracias por todo lo que nos diste.

Y a vosotros, toda mi gratitud por prestaros a representar de forma tan admirable aquellos personajes que permanecerán siempre en mi memoria.

Mi deseo como pregonero es que se retiren de nuestro ánimo las tristezas y angustias pasadas, y que este "Carnaval del Toro" sea por unos días el bálsamo que atenúe nuestros problemas. Un carnaval de emoción y riesgo que nos haga sentir esa descarga de adrenalina anegando nuestros cerebros, mientras nuestros corazones laten al ritmo desatado de la campana gorda avisando del inminente peligro; y que esa emoción, corra pareja, con la broma y la mascarada, la burla transgresora. En fin, la tragicomedia de la vida concentrada en cuatro días.

EL PORVENIR

Y ahora permitidme que aproveche esta circunstancia tan favorable, para poder transmitiros mis sentimientos de cariño y afecto hacia este centro, que durante muchos años ha sido el faro que ha iluminado la vida cultural en la ciudad.

Estamos celebrando este acto en la casa solar de los Garcilópez de Chaves, finalizada su construcción a comienzos del siglo XVl y que está asentada sobre muros del siglo XV y es más conocida como "Casa del Cañón", porque tenía el privilegio desde antiguo de mantener siempre una pieza de artillería preparada con la puntería a la plaza.

En el siglo XX albergó al casino mirobrigense hasta que sufrió un incendio en 1954. Actualmente pertenece al Centro Cultural y Recreativo "El Porvenir" que se funda en 1966. Por tanto, estamos celebrando su 50 aniversario, nada más y nada menos, sus bodas de oro.

A nivel personal quiero agradecer aquella oportunidad que me dio, hace ya muchos años, el entonces presidente Don Juan Moreno Gómez de poder cantar en una de las primeras semanas culturales. Un concierto de canción sudamericana, que si bien yo tenía mis dudas sobre el resultado final, terminó siendo un éxito muy celebrado por todos los asistentes. Y como consecuencia de aquel evento, llegaron otros que me permitieron involucrarme en diferentes actividades del centro y así aportar de forma modesta e ilusionada mi granito de arena a la vida cultural de la ciudad.

Este centro ha acogido durante muchos años innumerables conferencias, lecturas de poesía, obras de teatro, mesas redondas, exposiciones, siempre al servicio de la Cultura y con el único pensamiento de mejorar la calidad de vida de todos los mirobrigenses.

Nunca fue un centro elitista, antes bien, se buscaba la participación popular huyendo de arquetipos exclusivistas que pervirtieran la función principal del centro, que era ser referente para todos de la Cultura en Ciudad Rodrigo.

Fue y es un foro abierto a las artes, a las ideas, a una manera de entender nuestro pueblo que desgraciadamente se está perdiendo. No podemos olvidar su carácter Integrador y generoso; cuantas veces, "El Porvenir", ha prestado sus espléndidos salones para todo tipo de actos, no solo culturales sino también recreativos, cenas, fiestas, bailes de disfraces; su contribución inigualable al desarrollo del carnaval, un referente que no podemos, ni queremos perder.

El hecho de tener una tribuna abierta para todo aquel que tenga algo que mostrar, o decir, solo se echa de menos cuando falta. Hoy en día no existe en nuestra ciudad un lugar donde un artista, sea cualquiera las artes que maneje, pueda darse a conocer y mostrar las cualidades que atesora. Y quiero aprovechar la oportunidad que se me brinda para defender la permanencia y la supervivencia de este centro cultural.

No hace mucho que se hablaba de un posible cierre. La junta directiva que de forma magistral ha conducido durante decenas de años esta nave, busca el apoyo de sangre nueva, un relevo generacional que se preocupe por su pueblo. Pero los tiempos que nos toca vivir ahora son muy distintos a los de antes; observo menos interés por las cosas, más apatía y resulta mucho más difícil despertar el interés por asistir a los actos programados. La fascinación que internet o cualquier deslumbramiento tecnológico produce en nuestros jóvenes no es motivo para rendirse. Yo apelo a esta juventud mirobrigense, sana y respetuosa, formada en las nuevas realidades de la vida para que tome el testigo que se le ofrece. Apoyados por todos estoy seguro que esta supuesta realidad pueda ser reemplazada por un futuro prometedor.

Pienso, y solo a modo de apuntes rápidos, en diferentes actuaciones que podrían llevarse a cabo:

1ª Que se planteara el ofrecimiento de estas infraestructuras a colegios e institutos, asociaciones vecinales etc. para que pudieran desarrollar en estos salones actividades propias.

2ª La creación de una escuela o agrupación teatral, o bien ofrecer sus espacios para que pudieran ensayar esos jóvenes (y los que no lo son tanto) con inquietudes artísticas, y que tienen dificultades para encontrar un lugar donde desarrollar sus actividades.

3ª La formación de un grupo de recreación histórica, a imitación de otras ciudades con similar historia a la nuestra y que demuestran tener un espíritu emprendedor envidiable.

Todas estas acciones y otras más, en combinación con la concejalía de Cultura y buscando el apoyo de asociaciones de todo tipo, no son quimeras irrealizables. Solo falta la voluntad y el esfuerzo de esas nuevas hornadas de mirobrigenses que estoy seguro darán un paso adelante.

Los chinos (que son muy listos) tienen una misma palabra para definir las ideas de "crisis" y "oportunidad". Y si lo pensamos bien son dos conceptos que se compenetran a la perfección: crisis, problema, dificultad; sinónimos que nos obligan a actuar, a dar lo mejor de nosotros, a salir de esa zona de confort, gris y templada, para buscar nuevas respuestas, diferentes formas de actuar, la oportunidad que nos proyecte a la cúspide.

Como todos ustedes conocerán, en los años 80 hubo serios problemas para celebrar el Carnaval. Parecía que hubiéramos tocado fondo y que no pudiéramos salir de aquella situación enquistada. Pero surgió la Asociación de Interpeñas que se hizo cargo de la organización del mismo y, tal movimiento ciudadano, liderado de forma magistral por Ceferino Santos Alcalde, "Ferino", enderezó los problemas surgiendo una nueva forma de entender los carnavales del toro. La crisis alumbró la oportunidad para regenerar las estructuras del Carnaval, mejorando sustancialmente la fiesta.

Esta experiencia sin precedentes dejó de manifiesto la importancia que tiene la colaboración ciudadana, no solo en asuntos como el Carnaval o las diferentes fiestas, sino en todos los órdenes de la vida en la ciudad.

En los últimos años y gracias siempre a las inquietudes de muchos ciudadanos enamorados de su tierra y de su fiesta, se han ido incorporando nuevas iniciativas que enriquecen aún más nuestros carnavales, tales como: el campanazo, el Toro del antruejo o la Asociación de amigos del alguacilillo.

Sin embargo en mi opinión y a pesar de las mejoras ostensibles, creo que se podría hacer más en algunos aspectos que nuestras fiestas agradecerían.

Hoy en día, está siendo muy vigilado (y creo que a todos nos parece muy bien) el trato que se da a los animales. Ciudad Rodrigo puede presumir de haber tratado a los toros en su historia carnavalera de forma respetuosa. El natural ser del mirobrigense con el toro, no es sádico ni indigno, ni juega con ventaja. Aquí los toros corren por las calles, libres de artificios, o medidas que les impidan defenderse. Se juega con el toro de forma noble, a cuerpo descubierto y es la habilidad del corredor, su excelencia física o la astucia de saber dónde situarse, lo realmente decisivo.

¡Ahora bien! De las miles de personas que los corren, no se puede esperar de todos, ni la misma inteligencia, ni la misma actitud o saber estar. No debe detenerse el encierro o intentar torear en el trayecto o llamar a los toros en sentido contrario a la querencia natural haciéndolo largo, tedioso y deslucido. Parando la vida del carnaval. Por circunstancias como estas hemos sufrido alguna vez el desagradable espectáculo de ver como suben algún toro atado con sogas y hasta ensangrentado; un espectáculo impropio de unas fiestas de categoría como las nuestras, por lo que sería bueno tomar medidas para cortar de raíz tales sucesos.

Otro acto que considero mejorable, es el desfile de carrozas y grupos de humor. Y es que cuando entran en la plaza se deja un espacio muy estrecho para desfilar y esto origina que no luzcan al estar tan cerca del público.

Este cuello de botella provoca que el desfile avance de forma caótica y desordenada y pienso que las personas, que con toda la ilusión trabajan durante meses en sus carrozas y disfraces y que son dignas de admiración, puedan sentirse frustradas cuando llegado el momento principal no resultan los desfiles con la vistosidad deseada. Su esfuerzo y creatividad merecen una buena organización que resalte su trabajo.

Yo propondría que el desfile se iniciara en la plaza de Herrasti y terminada en la Plaza de Cristóbal de Castillejo, de manera que se alargara el recorrido y así pudiera verlo mucha más gente, sin tener que invadir masivamente la plaza, quedando ésta más despejada para el paso de las carrozas y los grupos de humor.

Y saliendo del ámbito de la fiesta, desearía fijar vuestra atención en lo que, en mi opinión y a juicio de muchos, es el monumento clave y referente de la ciudad, y en el que deberíamos pensar como la llave que abra aún más las posibilidades turísticas de Ciudad Rodrigo. Me refiero a nuestras murallas.

Debemos vender la idea de que hablar de Ciudad Rodrigo es hablar de su muralla. Al igual que cuando pensamos en Paris estamos viendo la torre Eiffel; del mismo modo que cuando pensamos en Burgos o Sevilla, visualizamos la catedral gótica o la Giralda. Son monumentos únicos que han convertido a sus ciudades en referencias turísticas y que a su vez abren el camino para mostrar su rico patrimonio. Y Ciudad Rodrigo, dentro de su modestia, también debería poder hacerlo.

Pero para esto debemos ser críticos y señalar los problemas para, conociéndolos, actuar sobre ellos. Y las murallas mirobrigenses y su entorno son mejorables. Y si deseamos convertirlo en nuestro referente sería preciso actuar sobre el adarve como en los glacis, tan fuertemente castigados por caminos, senderos y aparcamientos.

Murallas en España se cuentan con los dedos de la mano y como la nuestra ninguna. La ciudad en su conjunto es de una belleza incuestionable: el entorno de la Catedral y Cerralbo, los innumerables palacios y casas solariegas, sus calles y plazas? Pero lo que hace singular a Ciudad Rodrigo es su muralla.

Estas apreciaciones solo son los pensamientos, apuntes de alguien que siente a su pueblo desde muy dentro del corazón, y como yo, otros muchos también se manifiestan sobre algún aspecto mejorable de nuestra fiesta o la ciudad. Espero que estas consideraciones, hechas desde mi más profundo respeto a las personas y de forma constructiva, sean bien recibidas por la administración y por todos ustedes.

A Ciudad Rodrigo tenemos que cuidarla y mejorarla entre todos. Somos los depositarios de un legado precioso pero a la vez delicado que debemos proteger a toda costa. Y cuando terminen nuestras fiestas, con la misma unión que manifestamos el día del Campanazo, todos a una debemos seguir pensando que Ciudad Rodrigo es una hermosa ciudad y que solo con el apoyo que sus hijos le presten podremos engrandecerla aún más. Fomentar nuestra historia, nuestro patrimonio y sentirnos orgullosos de ser mirobrigenses.

Solo me queda desearos que disfrutéis esta fiesta con armonía y sana alegría. No olvidemos la proverbial generosidad y espíritu hospitalario de las gentes mirobrigenses. El Carnaval no solo es nuestro, sino de todo aquel que viene a conocernos y con el afán sincero de disfrutar junto a nosotros. Muchas gracias por su atención.

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