El montaje contó con un espectacular seguimiento de público de todas las edades
El siempre concurridísimo bloque de espectáculos de calle de la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo se abrió en el tramo final de la tarde del martes con un pasacalles, a cargo de la compañía portuguesa Projectos de Intervençao Artística (PIA), quién ya participó en el evento en los años 2018 y 2019, también con sendos pasacalles de gran éxito.
En esta ocasión, PIA propuso una perfomance titulada Caricature, inspirada en el expresionismo de las caricaturas en su forma de ‘artivismo’, una manera inusual y humorística de analizar las transformaciones de una sociedad, apostando a lo largo de su trayecto por las formas animadas, el teatro, las acrobacias y la manipulación de objetos.
Los siete performers protagonistas (Corey Leighton, Dayse Alburquerque, Juan Fresina, Helena Oliveira, Mariia Nikolaeva, Pedro Vicente y Tiago Augusto) se pusieron en marcha en la Plazuela de Herrasti, donde se fueron moviendo por el Monumento a Herrasti, la entrada a la Catedral, el Edificio de los Sindicatos o el edificio del Seminario, intentando trepar por el enrejado de una de sus ventanas.
De ahí se dirigieron a la zona de confluencia de la Avenida de Yurramendi y la Plazuela de San Salvador, donde la enorme cantidad de público de todas las edades que se había acercado conformó un gran círculo para presenciar las andanzas de los performers, que se fueron quitando partes de su atuendo, manteniendo las cabezas caricaturescas que tenían de salida, mientras iban moviéndose y realizando algunos movimientos acrobáticos.
Este parte finalizó con varias llamadas de móviles, que les pusieron en marcha (interactuando con el público y con elementos callejeros –se subieron a los enrejados-) hacia la confluencia de Cardenal Pacheco con la Plazuela del Buen Alcalde, donde había situada una estructura en la que se introdujeron. Allí se quitaron las cabezas caricaturescas para desarrollar la parte final del espectáculo, en la que fueron especiales protagonistas unos cubos que se fueron lanzando hasta apilarlos a la inversa.