La última vez que España ganó un gran título de selecciones todavía estaba en pie el emblemático Árbol Gordo
La fuente de la Glorieta del Árbol Gordo de Ciudad Rodrigo culminó en la noche del domingo el ciertamente inesperado triplete de celebraciones futboleras de las que ha sido escenario en poco más de dos meses: el 12 de mayo, el Senior del Ciudad Rodrigo festejaba el 1º título de Liga de su historia y un nuevo ascenso a 3ª Federación; el 1 de junio, los hinchas del Real Madrid hicieron lo propio con la nueva Champions de su equipo; y en la noche dominical ‘todo’ Ciudad Rodrigo acudió a festejar la Eurocopa conquistada por la Selección Española en Berlín.
El hecho es que tras el triplete mágico de 2008 (Eurocopa), 2010 (Mundial) y 2012 (Eurocopa), la Selección Española Masculina de fútbol no había vuelto a ganar ningún gran título (dejando a un lado la Liga de las Naciones), mientras que el Ciudad Rodrigo CF había celebrado durante estos años otros dos ascensos y el Real Madrid varias Champions. De hecho, la última vez que España se coronó, en aquel caso campeona de Europa, todavía estaba en pie el emblemático Árbol Gordo original, que pasó a la historia a finales del año 2014.
Además del nuevo árbol que ocupa su lugar, la celebración de la noche del domingo fue también novedosa para buena parte de los allí congregados porque, o no habían nacido, o tenían escasos años cuando España había reinado por última vez, caso de buena parte de los que se fueron poco a poco metiendo en la fuente a lo largo de la algo más de una hora que duró la celebración en pleno centro de Ciudad Rodrigo (controlada por la Guardia Civil y la Policía Local, que habían cortado las calles precisas para evitar que se pudiera llegar con vehículos a la Glorieta).
Nada más sonar el pitido final en el Olímpico de Berlín, comenzó un largo peregrinaje de personas de todas las edades hacia la fuente, en varias tandas, ya que algunos no acudieron hasta ver cómo Morata levantaba la copa de campeones. Ese peregrinaje comenzó desde múltiples rincones, por ejemplo desde el cercanísimo Parque de Los Tilos -producto del visionado de la final organizado por la Asociación de Vecinos de San Andrés-, desde bares que habían instalado pantalla en sus terrazas, o de locales privados.
Escasos minutos después del pitido final, se metieron en la fuente los primeros 5 valientes, a los que se unió de forma ‘obligada’ una 6ª persona poco después, y varios jóvenes más a continuación. Tras ello, hubo un período de calma, con algún baño esporádico (parecía que como la noche estaba un poco ‘fresca’ no iba a haber demasiados valientes), hasta que media hora después llegó el gran arreón, metiéndose en cadena todos aquellos que quisieron y encontraron hueco, para un gran momento de celebración colectiva.
Tras ello, continuaron los baños, especialmente por parte de 2-3 grandes grupos (entre ellos uno de niños), mientras que en la recta final fue turno para varios niños de menor edad, que una vez ya se fueron ‘los mayores’ pudieron disfrutar también del momento. Por cierto, que esos ‘mayores’ habían subido hasta lo alto de la fuente para colocar hasta tres banderas, 2 de España actuales y otra histórica, la conocida como bandera de Blas de Lezo, reivindicándose precisamente en los cánticos en varias ocasiones que ¡Gibraltar es español!, además de lucirse una pancarta alusiva a este personaje histórico.
De igual modo, se repitió de forma periódica el cántico de ‘¡Yo soy español, español!’, el de '¡Campeones, Campeones!' se mencionó de forma concreta a varios jugadores españoles (como ‘Lamine, Lamine, Lamine Yamal, cada día te quiero más’ o ‘Carvajal te quiero’), y hubo recordatorios para el país al que España eliminó en semifinales (se llegó a corear ‘¡Puta Francia, eh!’), contando la velada además con un bombo, así como con el encendido de bengalas en hasta tres momentos, iluminando la noche festiva (esas bengalas se aprovecharon como cuernos para dar un par de pases taurinos).
La celebración en la Glorieta del Árbol Gordo de Ciudad Rodrigo tuvo un epílogo musical: mientras en la fuente ya apenas quedaban algunos niños, fue llevado hasta el lugar un altavoz con cuya música se arrancaron a bailar unas cuantas personas, con temas tan conocidos y emblemáticos como el Waka-Waka del Mundial de Sudáfrica, o el gran hit de este verano, la Potra Salvaje que ha sido el Himno de la Selección.
En torno a las 0.20 horas (coincidiendo con la marcha del altavoz), la fiesta en la Glorieta del Árbol Gordo quedó totalmente disipada, poniendo rumbo especialmente los jóvenes a establecimientos de hostelería para seguir festejando el título. Por cierto, que el siguiente gran torneo de selecciones en el que debe participar España (todavía tiene que clasificarse) será el Mundial de México-Estados Unidos-Canadá de 2026, cuya final será previsiblemente en el inicio de la madrugada española, con lo cual una hipotética celebración también lo sería.