OPINIóN
Actualizado 15/12/2023 10:16:31
Ángel González Quesada

Las bombas (Palestina).

A pesar del pesar de ser viajeros y ser deshora

nuestro el afán nuestra ración de desgana la risa de muralla

infames a nuestro lado innobles en nuestro espejo

ciegos mudos sordos inmortales de saldo

desfilan niños muertos por el papel del lunes

infantes ya sin nombre sin miembros sin garganta

pedazos de corazón en la mesa el banquete

alimentos de la hartura en las pestañas

nuestra hartura sus pestañas

inmortales en sus ojos vuelo bajo en sus sangres

que susurran amor con luz de escombro y aún respiran

en lo que fue la tierra que nombrábamos lejos lo que era leche y miel

y hoy gris derribo cardinal de las líneas sin norte

y sol arriba era nube era selva era mañana

y no oculta las bombas

las bombas

salpicando dibujan emborronan incendian

la intratable la indigna la olvidada

flecha del tiempo quieta en los trenes del miedo

en Palestina tierra del ocaso

en el templo acabable de la traición altares

de la indecencia

infausto cada recuerdo a pesar del tiempo y los relojes de la Naqba.

De los lugares nuevos

de la franja la puerta el hospital

del agua

de la caricia ausente del beso que no existe

aprendemos el nombre olvidamos la sangre

el vientre que no nace cuerpo a tierra y olvidamos

la sorda sirena

que vierte luces gritos que deshace los llantos que evapora

la lágrima sola en cada alba inútil en cada ojo incomprensible

los umbrales del llanto la asfixia de la tarde

el mediodía del infierno

mira las bombas

las bombas

en Al-Shifa moribundos latidos serpientes que conquistan

la vida de morir la muerte viva los nacidos apenas

innombrable su sábana sudario;

de las escasas letras del futuro del estertor de su última palabra

del alfabeto innoble de los días

del error del minuto por venir

miramos sólo el éter de la aurora

en mesas en espejos en pantallas en la oscura algarabía del desdén

cual entomólogos ciegos pero atentos

vividores del tedio de callar rentistas del poema

miramos escribimos dibujamos construimos

estas secas palabras que en vano van gritando

el invierno del mundo

que especulan

con el lamento vacío de la desgana

con las bombas

las bombas

siempre cerradas las sienes a su estertor de lengua

clausurados por fin los diccionarios vendidos al estupor los lamentos

las sienes nuestras sienes las de la niña palestina

las de su propio averno las del sucio horizonte de sus ojos

de las bombas

las bombas.

Ángel González Quesada, diciembre 2023.

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