El primer edil mirobrigense destaca la capacidad de reacción que tiene Ciudad Rodrigo ante situaciones extremas
Tras una jornada intensa de trabajo cerca de la línea de fuego, con Bomberos, UME, Fuerzas de Seguridad y con los afectados por el incendio, este informador cerca de las doce de la noche se daba un respiro paseando por las calles mirobrigenses fuera de murallas, aprovechando la tregua que daba el calor tras un día de castigo.
De frente me encuentro con el alcalde de Ciudad Rodrigo que portaba una mochila a sus espaldas, la curiosidad me obligó a preguntar dónde iba a esas horas y con una mochila.
“Voy al colegio de los Sitios a pasar la noche con los desalojados de Monsagro y pueblos cacereños, para que no estén solos y si necesitan algo poderles ayudar, además, tiene que haber un responsable que se haga cargo de esas instalaciones públicas, pues a estas horas…. ya todos los empleados públicos están descansando tras su larga jornada laboral…” fueron sus palabras de contestación.
En ese momento dejé de ver a un alcalde y vi a la persona responsable que deja a su mujer e hijas en su casa para atender las necesidades de su gente, porque es su comarca, la nuestra, la de todos...
Cuando la política se deja a un lado y comienza la responsabilidad de realidad, la de un verdadero líder, que se pone él de ejemplo para que sus séquitos no puedan dar un paso atrás, es meritorio de hacerlo público, me veo en la obligación de ello tanto en lo profesional como en lo personal.
Ya por la mañana, en las primeras horas del día, tampoco había dado tiempo a organizar personal para asistir a los vecinos comarcanos, llegándole el aviso a las seis de la mañana que llegarían vecinos de Guadapero y Morasverdes. Fue el propio Sr. Iglesias quien sirvió los desayunos al centenar de personas que se sumaron a los que ya custodiaba en la primera noche.
Pues todo esto anterior contado, no fue una anécdota, sino que pasó durante tres noches consecutivas. Mientras, los medios de comunicación nacionales y locales estuvimos pendientes de la visita del ministro Marlaska y el presidente de la Diputación en el recién instalado puesto de mando del Maíllo, que más bien parecía una pasarela de moda o un acto de inauguración gubernamental.
Una vez ya pasado todo y volviendo cada uno a sus casas, este medio de comunicación ha querido saber de primera mano la gestión del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, muy alabada por los alcaldes de la localidad afectadas, los cuales han agradecido personal y públicamente el trato recibido por la “madre” de la comarca.
Marcos Iglesias destaca en primer lugar la buena disposición y entereza de los refugiados, sin perder en ningún momento la compostura a pesar de su preocupación de todos los desalojados y ser conscientes de que podían perderlo todo, o no saber lo que encontrarían cuando volvieran a sus casas; apuntando Marcos que: “ha sido un momento para que los mirobrigenses conozcamos mejor estos pueblos de nuestra comarca y a sus gentes, sintiendo más que nunca la comarca como nuestra”
El Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo ha dejado plasmado que tiene una capacidad de reacción extraordinaria en cuanto a situaciones difíciles. Bien es cierto que la pandemia del Covid les ha hecho aprender mucho en cuanto a nivel de emergencia que ha desarrollado un buen plan de trabajo. “No habían sido desalojados los habitantes de los pueblos afectados y ya el pabellón estaba disponible para la atención de la gente”, apunta Caridad.
Varios días después se pone en marcha un gran dispositivo por parte de la Junta de Castilla Y León que incluía una persona responsable del Colegio los Sitios que dejaría dormir en su casa al propio alcalde. Una vez llegado el apoyo de la Junta con personal y alimentos para los desalojados, la cosa fue mucho más fácil y aliviosa tanto para concejales como para todo el séquito mirobrigense involucrado en la situación.
La población mirobrigense poco a poco también se fue volcando aportando agua y alimentos, dedicando ya el Ayuntamiento a organizar actividades lúdicas para hacer lo más amena posible la estancia a los vecinos comarcanos.
Destaca Iglesias la involucración de la Diócesis civitatense en la aportación de colchones, que van a quedar un tiempo en las instalaciones de Los Sitios por si el fuego volviera a amenazar los pueblos de la sierra, al no estar las llamas del todo controladas.
En definitiva, los primeros días fueron acogidas unas 170 personas, varias de ellas tras alargarse la falta de control de los fuegos decidieron trasladarse a casas de familiares, quedándose el propio alcalde mirobrigense sorprendido por la capacidad de reacción que tiene Ciudad Rodrigo para estos casos de necesidad hasta que se ponen en marcha las instituciones regionales y provinciales que tardaron más tiempo, pero muy necesaria y efectiva cuando se activa.
Marcos Iglesias se muestra muy agradecido tanto a los colaboradores como empleados municipales por su trabajo y disponibilidad, destacando “la lección de vida que nos han dado a nosotros los habitantes de la comarca sin olvidar a los nueve vecinos de las localidades extremeñas de Ladrillar y de El Cabezo, que también sufrieron en envite de las llamas.
Se hicieron varios convoyes para volver a las casas para recoger medicinas y tarjetas sanitarias, para continuar con la medicación de los desalojados (la mayoría de avanzada edad) que salieron con lo puesto de sus hogares. Con la problemática de las cartillas sanitarias de los extremeños, criticando el primer edil la falta de un servicio informatizado nacional, pues los informes médicos de los habitantes de las localidades extremeñas son invisibles a los de Castilla y León, situación que entorpeció la entrega de medicinas a estos vecinos a pesar de existir un equipo médico permanente en el lugar al ser la mayoría gente mayor.
En la actualidad, y la hora de publicar esta pieza informativa, no se encuentra ninguna persona fuera de sus casas a la espera de cómo termina la situación, pero sin bajar la guardia y con una experiencia que nunca habían vivido en su larga vida.