La asociación de vecinos ha organizado unas fiestas a la altura de las patronales en los pueblos de la comarca mirobrigense
Desde que el pasado viernes se abrieran las fiestas con el pregón de Alberto Martín Zamarreño, el Barrio nuevo ha estado inmerso en un enjambre de lugareños, visitantes y allegados de todos los rincones mirobrigenses que no han querido perderse la potente programación festiva para el fin de semana.
La jornada sabatina fue la más concurrida, en la que toda la asociación formada por cerca de doscientas personas, se congregaron para comer en uno de los restaurantes del barrio animados en la sobremesa por la charanga Manliao, que dio ambiente a las calles del barrio.
Si en la tarde no cabía un alfiler en las calles convertidas en coso taurino para divertirse con dos vacas que se capearon al estilo tradicional, la noche congregó a más de medio millar de personas de todas las edades en las pistas deportivas para disfrutar con la orquesta Seven.
Un ambiente sobre todo juvenil que dejó las calles y locales de ocio nocturno del centro amurallado con poca afluencia de público para disfrutar en el Barrio Nuevo con esta orquesta salmantina, que repetía actuación tras intervenir el mes pasado en la Plaza Mayor con motivo de la feria del farinato.
Como anécdota, una manipulación maléfica intencionada en uno de los generadores, provocó un apagón general de todo el camión escenario y del equipo de luces y sonido. Solventado en pocos minutos, la fiesta continuó hasta el fin del repertorio del equipo de cantantes.
La jornada dominical se espera más tranquila y sosegada tras estos dos últimos días de euforia, dando comienzo con una misa que dará paso a un convite para los asistentes, para continuar con una comida de confraternidad en las instalaciones del Camping Municipal con gerencia privada.
La tarde estará dedicada a los más pequeños del lugar con atracciones, hinchables y fiesta de la espuma, seguida de una exhibición de gimnasia rítmica que podrá punto y final a las fiestas veraniegas del Barrio Nuevo.