La rica tradición artística pastoril ha llegado hasta nosotros gracias a que su soporte es matérico, se trata de objetos elaborados y decorados por los pastores milagrosamente conservados por el respeto de los familiares hacia sus antepasados y que supieron el amor con que un pastor llevó su cayada durante cincuenta años .
El aprendizaje del arte de decorar y hacer objetos de los pastores se hacía desde la experiencia de unos maestros que conocían perfectamente el lenguaje de las técnicas y conservaban la tradición de las representaciones. Los mayorales enseñaban a los zagalillos, que fijaban sus ojos en la destreza del mayor, este les enseñaba a manejar la navaja, a preparar los materiales, a escoger un buen tronco para hacer lo que ellos necesitaba.
El arte de los pastores se apoya, sobre todo, en unos objetos de clara significación práctica que sirven para facilitar al pastor su vida diaria y para dar a la familia un cierto confort en sus quehaceres cotidianos (morteros, cucharas, cascapiñones, copas).