La Parroquia homenajea al sacerdote Antonio García Arroyo por sus 50 años de ministerio

En representación de la Parroquia de Lumbrales, el alcalde de la localidad, Pedro Sánchez Calderón, hizo entrega este domingo al párroco lumbralense, Antonio García Arroyo, de una placa en homenaje a sus 50 años de sacerdocio, acto que tuvo lugar al finalizar la homilía en el templo de la Asunción y ante varios cientos de personas.

El alcalde agradeció los servicios prestados a la Parroquia, especialmente desde su llegada a esta en 2001. En la placa reza la dedicatoria a Antonio García Arroyo. "Primera misa solmene 21 julio de 1965, cincuenta años de su ordenación sacerdotal, 21 de julio de 2015. En agradecimiento del pueblo de Lumbrales".

Asimismo, el homenajeado agradeció a los promotores la iniciativa, a los que han hecho posible la entrega de la placa y a los asistentes al acto, señaló que "el hecho de llegar a los 50 años, se lo debemos a Dios, no es mérito mío". Además, viviblemente emocionado recordó su primera misa en la iglesia de Lumbrales hace 50 años, pueblo que le vio nacer hace 74 años: "De los 12 que comenzamos el seminario solo 4 hemos celebrado las bodas de oro, 4 han fallecido ya. En 1965, en lo alto de la torre de la iglesia, había 3 banderas, una era por mí, otra por Pepe Durán, y la tercera era por Bienve, que ya no está con nosotros; Dios lo llamó en el mes de mayo para celebrara sus bodas en el cielo", palabras estas últimas que pronunció totalmente emocionado y por lo que pidió perdón entre aplausos, por ser "momentos difíciles".

El 21 de julio de 1965 Antonio García Arroyo dio su primera misa en el pueblo en el que había nacido 24 años antes. Poco tiempo después se trasladó a Argentina para desempeñar el ministerio sacerdotal, "estuve allí 20 años y me vine en el 83". Posteriormente "he estado en Aldehuela de Yeltes, La Fuente de San Esteban, en la parroquia de Fátima de Ciudad Rodrigo, y desde 2001 en Lumbrales".

Para Antonio García, ser el párroco del pueblo que le vio nacer "tiene sus pros y sus contras", aunque señala que "cuando uno está fuera tanto tiempo pierdes el contacto con los más jóvenes, pero bien, aunque como dice el Evangelio ningún profeta?, pero yo no estoy descontento con mi pueblo".

Sobre este homenaje, en declaraciones a LAS ARRIBES AL DÍA, señalaba que "ya le he dicho a los promotores que no es mérito ninguno. Como dice el Evangelio nadie por mucho que piense puede añadir un minuto a su vida; quiere decir que todo se lo debemos al de Arriba para que podamos llegar, porque otros compañeros no han llegado a este momento, han quedado en el camino porque el Señor los llamó antes, entonces es mérito de Dios y por eso le damos gracias".

Sobre su futuro, señala que "según las normas me queda un año más de cura", aunque su jubilación "dependerá de cómo andemos en la Diócesis. Hay una jubilación oficial en el sentido de que no tomas responsabilidades, pero lo que no puedes es dejar de colaborar porque la necesidad es grande. Me jubilaré pero seguiré en umbrales echando una mano a los curas que estén. Al cumplir los 75 años me jubilaré".