Para el próximo domingo, 19 de febrero, se espera a la compañía leonesa La Submarina Teatro, que representará la obra 'El señor Ibrahim y las flores del Corán', de Emmanuel Schmitt
Era una de las obras más esperadas, su fama le precedía, y por eso a muchos nos asaltaban las dudas sobre cómo se vería uno de los clásicos de la dramaturgia y literatura española del siglo XX sobre el escenario del Centro Cultural de Vitigudino, lleno absoluto en esta cuarta jornada de representaciones en concurso.
La adaptación realizada por Carlos Burguillo de la obra de Fernando Fernán Gómez, El viaje a ninguna parte, superó con notable lo que se esperaba, un auténtico regalo de Tiramisú a la trigésima edición del Certamen Nacional de Teatro 'Villa de Vitigudino'.
El montaje del grupo vallisoletano, un homenaje a los cómicos, a los actores que iban de pueblo en pueblo haciendo soñar a la gente, es un serio aspirante a lograr uno de los reconocimientos importantes de este evento, amén de algún premio individual, pues ya en la edición de 2013, Manuel Requejo (Carlitos Galván en El viaje a ninguna parte), obtuvo el premio al mejor actor de reparto, sumando ?además? varias nominaciones, entre ellas la de Mejor Director.
Tras el paso de Tiramisú Teatro por Vitigudino, casi un clásico de este certamen, para el próximo domingo, a las 20.00 horas, llegará el turno de la compañía La Submarina Teatro, de León, que representará la obra de Enmmanuel Schmitt, El señor Ibrahim y las flores del Corán.
Crítica de 'El señor Ibrahim y las flores del Corán' por la Universidad de León
Interpretado por Miguel Barajas y Javier Bermejo, con dirección de Alberto Díaz, la obra es una adaptación de la novela de Eric-Emmanuel Schmitt, en la que se cuenta la historia de un joven muchacho judío y su relación de amistad con un tendero árabe.
Ambientada en el París de los años 70, su narración cabe en otros muchos lugares, con otros protagonistas y a otras culturas "ya que la historia que se cuenta es mucho más que la relación entre Momó (J.Bermejo), el joven judío, y el tendero árabe, el Señor Ibrahim (M. Barajas); es la muestra del amor, la tolerancia y el respeto. Situada en las afueras de una ciudad en la que conviven religiones, razas, culturas, costumbres y también prejuicios que, en muchas ocasiones, nos hacen apartarnos de nuestro vecino sin ni tan siquiera darle la oportunidad de conocerlo", explican desde la dirección de la compañía leonesa.
El espectador asistirá a un espectáculo teatral en forma de cuento "que reconcilia al hombre consigo mismo, más aún en un momento en el que el mundo sufre más que nunca a causa de los fanatismos de todo tipo y en el que la religión se convierte en un motivo de conquista. El texto de Schmitt es de una sencillez y una humanidad conmovedoras. Hace reír, llorar, en fin, es un prodigio", explican los responsables de la escenificación.