La reflexión de Dickens ocho años después de escribir Un Cuento de Navidad es una llamada a la redención personal y social, criticando la indiferencia hacia los pobres y el materialismo, y resaltando la importancia de la generosidad, la empatía, el amor, la solidaridad y la conexión humana, demostrando que nunca es tarde para cambiar y encontrar un propósito mayor en la vida, más allá del dinero. La historia actúa como un espejo de la sociedad victoriana y de la actual, ofreciendo un mensaje esperanzador sobre la transformación y la necesidad de vivir la Navidad en el corazón todo el año.
Charles asume que la Navidad cambia cuando la infancia se deja atrás. La Navidad de la infancia pertenece a los sentidos. Deslumbra porque sorprende. Es mucho más el acontecimiento que su significado.
A medida que cumplimos años, deja de ser una Noche Única para hacer recuento de los huecos y de los días que no volverán.
Para un niño, la Navidad son nervios, sorpresas, regalos. Todo es presente.
De adulto, esta visión desaparece ante una vida menos entusiasta y más consciente. Y a esto llama Dickens transformación.
Deja de ser descubrimiento para ser de significado.
Y lo que fue una experiencia de los sentidos pasa a ser una experiencia moral. Esta reconciliación es mucho más profunda y enriquecedora: lo que antes deleitaba los sentidos ahora remueve la conciencia.
La Navidad del niño es luz y la del adulto es profundidad. Aquello que perdemos en brillo, lo ganamos en significado.
La Navidad del niño es magia porque, al igual que los días, es eterna. La del adulto nos recuerda la finiquitud. Y solo si aceptamos que nuestra Navidad ha cambiado, podremos sin resentimientos ni nostalgia, garantizar que la de otros sea inolvidable. Como fueron las nuestras en la niñez.
UN CUENTO DE NAVIDAD (resumen)
Dickens narra la transformación de Ebenezer Scrooge, un anciano avaro y solitario, que odia la Navidad y solo piensa en el dinero, hasta que en Nochebuena es visitado por tres espíritus: el del pasado, el presente y el futuro, quienes le muestran el verdadero espíritu navideño y las consecuencias de su avaricia, llevándolo a arrepentirse, redimirse y convertirse en un hombre generoso, compasivo y amable, celebrando la Navidad con su familia y su empleado, Bob Cratchit , y el pequeño Tiny Tim, aprendiendo la lección de la bondad y la caridad.
NOTA:
La infancia de Charles Dickens, estuvo marcada por la pobreza, el encarcelamiento de su padre y su propio trabajo infantil en una fábrica de betún, se narra de forma muy vívida y autobiográfica en sus novelas, especialmente en "David Copperfiel”, considerada la que mejor refleja su vida, sus traumas, la superación.
Es muy interesante leer su biografía elogiado por muchos de sus colegas, desde León Tolstói hasta George Orwell, G. K. Chesterton y Tom Wolfe, por su realismo, su estilo de prosa, sus caracterizaciones únicas y su crítica social. Sin embargo, Oscar Wilde, Henry James y Virginia Woolf se quejaron de su falta de profundidad psicológica, su escritura floja y su sentimentalismo.
¿Y ustedes que opinan?
Feliz Fin de año 2025
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