La ceremonia, que supuso el primer pregón navideño de la localidad, incluyó un recital poético y la donación de un icono bizantino procedente del frente de Ucrania
María Caamaño, la niña de 12 años conocida por su lucha contra el sarcoma de Ewing, ha sido la encargada de dar la bienvenida a las fiestas navideñas en la localidad de Cantalpino. En un acto celebrado este sábado en la iglesia del municipio, la joven ha inaugurado oficialmente la Navidad durante una ceremonia que ha combinado música, poesía y una significativa ofrenda religiosa.
A pesar de haberse sometido recientemente a una operación quirúrgica y haber reiniciado los ciclos terapéuticos en Oncología, la pequeña, apodada cariñosamente como "La guerrera futbolera" o "La sonrisa de María", no ha querido faltar a su cita con los vecinos. Desde el altar del templo, Caamaño se ha dirigido a los presentes con un mensaje de esperanza: "Todos, de alguna manera, nacemos en Belén".
La joven ha oficializado el inicio de las fiestas con una sentida declaración: "Por eso, porque sentimos la magia de Belén, queda inaugurada la Navidad en Cantalpino". Durante su intervención, ha deseado unas felices fiestas a todos los asistentes, poniendo el foco en dos deseos fundamentales: "Salud y alegría".
El evento ha marcado un hito en la localidad al celebrarse por primera vez un acto de estas características, que ha incluido un pregón navideño a cargo del escritor y periodista Juan Carlos López. La jornada se ha completado con un recital poético musical calificado por los asistentes como "hondo y emotivo".
La parte artística ha contado con la participación de diversas personalidades vinculadas a la comunicación y la cultura:
El acompañamiento musical ha corrido a cargo del violinista Rubén Pérez, compositor y profesor del Conservatorio de Música de Salamanca, quien ha puesto la nota melódica al grupo de rapsodas.
Uno de los momentos más destacados de la ceremonia ha sido la ofrenda realizada ante el altar. María Caamaño y Juan Carlos López han donado a la iglesia de Cantalpino un tríptico bizantino como gesto de agradecimiento personal, depositándolo en un lugar preferente del templo.
La obra tiene un origen singular, ya que ha sido realizada por Katia Shevchenko, una voluntaria sanitaria que se encuentra en el frente de guerra de Ucrania. El valor espiritual de la pieza viene refrendado por una doble bendición: la del primado de la Iglesia ortodoxa ucraniana, Epifanio de Ucrania, y la realizada en la propia localidad salmantina por el sacerdote Jesús Torres, Prior de los Agustinos en Salamanca.