Acabado el curso político la tropa ha salido corriendo hasta febrero para no tener que dar explicaciones con la esperanza que la ciudadanía se olvide de tanta ignominia. A estas alturas nadie se cree que tras tres años sin presupuestos los impuestos nos los suben porque al estado le sobra dinero y que los millones de inmigrantes no tienen consecuencias en la sanidad, la vivienda y la educación. Cualquier ama de casa tiene que saber con que dinero dispone al empezar el mes sino al final es la debacle y a vivir bajo el puente tocan.
Poco a poco nos acostumbramos a que los centros de salud no cojan el teléfono, a que las citas tarden días o semanas, a llegar más que tarde si dependes del transporte público, en resumen a la degradación normalizada de lo público.
El socialismo parece que se está convirtiendo en el arte de convertir la envidia en virtud y la pereza en un derecho. Vamos también camino de normalizarlo. De momento en una semana se ha condenado al FGE, la cátedra impuesta, los acosos sexuales como setas, se han tumbado los presupuestos, se ha señalado a la SEPI y cuatro ministerios investigados, el juicio a Ábalos, etc. Casos aislados pero todos conectados entre sí. Lo que está claro es que la riqueza no entra en las casas desordenadas por mucho que nos lo adornen con palabras huecas como sostenible, resilencia, empatía, empoderamiento, evolucionar, visibilizar, ecológico, etc. Palabras basura destinadas a sentirnos impotentes y frustrados. El camino correcto es más bien otro el del esfuerzo y responsabilidad.
Nos han desmontado la familia y el concepto de nación con el concepto del individuo autosuficiente. Sin vínculos no hay libertad ni defensa frente a la opresión, sólo una sociedad administrada. Hace años los que tenemos memoria veíamos a millones de chinos ir a trabajar en bicicleta ahora pretenden que implantarlo aquí. Ir solo a trabajar en bicicleta será un lujo, tener un reloj propio, una casa, dos pares de zapatos al año será más que un lujo. Nos están robando el alma.
Thomas Mann afirmaba que la tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad. En Paris anuncian que cancelan la celebración pública de la Navidad y la Nochevieja, por cuestiones de seguridad. Francia ya no controla los espacios públicos. La degradación que se tolera en Europa es insostenible. Es un vertedero multicultural sometido a un supraestado corrupto. No hay ningún país europeo que gracias a la inmigración sea más próspero, seguro y rico. No hay ninguna aportación positiva al bienestar de los estados.
Para empezar el año la UE va a prohibir comprar petróleo ruso. Lo compraremos a Azerbaiyán, que en realidad es ruso, y a China que viene de Rusia y que los chinos revenden cinco veces más caro. Seguiremos con la guerra de Ucrania que sólo sirve para sacar dinero de Europa y los EEUU a través de Ucrania y devolverlo a la élite de la agenda 2030 cuyo objetivo es una guerra sin fin. Subirá la luz un 10 por ciento y nos quitaran 100 euros de la nómina. Seguiremos jugando para Bingo, no aprendemos. ¿Qué será lo próximo, la gripe del pescado azul? ¿Un brote de botulismo en las latas de anchoas? ¿las sardinas a 50 euros el kilo? ¿Qué mundo le dejaremos a Jordi Hurtado?
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