El estudio de los emblemas heráldicos ha revelado que la Reina Berenguela es el eje central de la obra, datándola a mediados del siglo XIII. Los detalles se presentarán en una conferencia este martes en la Casa de las Conchas.
El hallazgo se produjo hace más de medio siglo, pero su significado completo ha permanecido oculto hasta ahora. La Asociación "Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio" ha organizado para este martes una conferencia en la que se presentarán los resultados de una exhaustiva investigación sobre la techumbre medieval del Convento de Santa Clara de Salamanca. Los investigadores Miguel Ángel Martín Mas y Charo García de Arriba expondrán cómo una pequeña ave representada en la madera ha sido la clave para descifrar un relato histórico protagonizado por la Reina Berenguela la Grande.
La techumbre fue descubierta en 1973, oculta tras las reformas barrocas del templo. La estructura presentaba más de un centenar de emblemas heráldicos, con sesenta diseños diferentes que, durante 50 años, carecieron de una explicación satisfactoria que permitiera datar la obra con precisión. Ahora, el estudio de estos símbolos sitúa la pieza como una obra excepcional de mediados del siglo XIII.
El punto de partida de esta nueva interpretación ha sido un detalle iconográfico singular: un emblema que contiene una chova piquirroja. Este córvido, y su posible relación con la devoción a Santo Tomás de Canterbury, llevó a los investigadores Martín Mas y García de Arriba a tirar del hilo histórico para ofrecer una interpretación documentada de la armadura de madera.
Según las conclusiones del estudio, la decoración no es aleatoria. Los emblemas corresponden a las casas reales de León, Castilla, Aragón, Inglaterra (Plantagenet) y el Sacro Imperio Germánico (Hohenstaufen). La disposición de estos escudos narra la historia de la sucesión de los reinos castellano y leonés durante la primera mitad del siglo XIII.
El nexo de unión entre estos cinco reinos y eje central de la crónica pictórica es la figura de la Reina Berenguela (1180-1246), representada en las tabicas centrales del arrocabe. Este descubrimiento no solo aclara el significado del conjunto, sino que permite fechar la techumbre hacia mediados del siglo XIII, resolviendo uno de los enigmas históricos que la ciudad custodiaba desde hace ocho siglos.
Durante el acto, los ponentes detallarán el proceso de investigación desde perspectivas arquitectónicas, heráldicas, geográficas y de género. Los datos para asistir al evento son los siguientes: