Ricardo Canal Bedia desgrana en la UPSA las claves del diagnóstico precoz del autismo
El decano de la Facultad de Educación de la USAL destacó la variabilidad del espectro y cómo la intervención precoz mejora significativamente el desarrollo y reduce la ansiedad.
La Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) se convirtió ayer en el escenario de un profundo análisis sobre el neurodesarrollo con la celebración de la conferencia 'Detección precoz y diagnóstico temprano del Autismo. Marcadores y estrategias'. El acto, que tuvo lugar en el Auditorio San Juan Pablo II, contó con la ponencia de Ricardo Canal Bedia, decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca (USAL) y reconocido especialista en Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Durante su intervención, Canal Bedia ofreció una visión integral basada en sus más de cuatro décadas de experiencia, subrayando que la atención precoz es un "reto enorme" en el campo de la investigación. El experto insistió en la necesidad de comprender el autismo desde una doble perspectiva: como una condición del neurodesarrollo y como una parte fundamental de la identidad de la persona. "Tiene fortalezas y debilidades y es parte del espectro de la neurodiversidad humana", afirmó, para recalcar posteriormente que "no existe un modelo de persona 'autista de libro': cada uno es diferente".
El especialista definió el autismo como un "mosaico de perfiles" caracterizado por una gran variabilidad interindividual. Esta diversidad se manifiesta en aspectos como el lenguaje, la comunicación, el razonamiento, la sensorialidad o la conducta adaptativa. Según explicó el decano de la USAL, esta heterogeneidad genética implica que el autismo no debe entenderse como un único trastorno, sino como "un conjunto de trayectorias del neurodesarrollo" influenciadas tanto por características genéticas como ambientales.
Uno de los puntos centrales de la ponencia fue la importancia vital de la detección temprana. "El autismo emerge gradualmente", señaló Canal Bedia, quien explicó que una intervención a tiempo puede tener un impacto decisivo en la vida del niño. "Cuanto antes se detecte el riesgo de TEA, más probable será que la intervención cambie la trayectoria atípica", aseguró. Además, detalló que el diagnóstico precoz no solo impulsa el desarrollo y conduce a mejoras significativas, sino que también se asocia a niveles más bajos de estrés y ansiedad, además de suponer un ahorro en costes sanitarios.
El ponente ilustró las dificultades que pueden presentar los niños con autismo mediante ejemplos vinculados a la mirada referencial, la atención conjunta, la imitación o el juego compartido. Asimismo, hizo referencia a las herramientas de cribado, mencionando específicamente el cuestionario M-CHAT-R, desarrollado en los años 90 y utilizado en Castilla y León para la detección específica de TEA.
La sesión estuvo dirigida por la profesora de la Facultad de Psicología de la UPSA, Teresa Sánchez Sánchez. En un momento emotivo previo a su jubilación, la docente confesó que "contar hoy con la intervención de Ricardo Canal es el mejor colofón de mi paso como docente de la UPSA", cerrando así una jornada académica centrada en la comprensión y el apoyo a la neurodiversidad.
