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Amnistía Internacional Salamanca: más de 600 socios para garantizar una independencia inquebrantable
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10-D, Día Internacional de los Derechos Humanos

Amnistía Internacional Salamanca: más de 600 socios para garantizar una independencia inquebrantable

Actualizado 30/11/2025 10:54

Juan Hernández Mira, coordinador de Amnistía Internacional en Salamanca, analiza la situación de los derechos humanos y atribuye el auge del extremismo juvenil a la falta de formación histórica sobre el franquismo.

Desde una discreta pero constante presencia que se remonta a los años 80, la delegación de Amnistía Internacional en Salamanca ha sido un faro en la defensa de los derechos humanos. Al frente de un grupo de activistas comprometidos, Juan Hernández Mira, su coordinador, desgrana la historia, los desafíos y las luchas de una organización que se mantiene firme gracias a una independencia económica inquebrantable y a la dedicación de sus miembros. En un mundo convulso, su voz resuena desde lo global, denunciando conflictos como el de Gaza, hasta lo local, combatiendo la desinformación que alimenta el extremismo.

La historia de Amnistía Internacional en la ciudad es longeva, aunque sus inicios exactos se pierden en la memoria. "He hablado con compañeros que han estado antes que yo, y me aseguran que hay constancia de que desde los años 80 podía estar ya aquí en Salamanca funcionando la organización", explica Hernández, quien se unió al grupo hace 13 años tras su jubilación. Esta delegación forma parte de un movimiento global nacido en 1961 que hoy cuenta con más de 10 millones de socios en 150 países, de los cuales más de 100.000 están en España.

En Salamanca, la base social la componen más de 600 socios, cuyo apoyo es vital para la supervivencia del grupo. Hernández subraya un pilar fundamental de la organización: su autonomía. "Un aspecto clave de Amnistía Internacional es que ni aceptan ni reciben ningún tipo de subvención de gobiernos, de ayuntamientos, de empresas, solo se financian con las cuotas de sus socios", detalla. El trabajo diario recae sobre un núcleo de entre 23 y 25 activistas, un grupo heterogéneo de trabajadores y estudiantes, muchos de ellos universitarios que realizan prácticas curriculares gracias a un convenio con la USAL.

La defensa de la Derechos Humanos como hoja de ruta

La misión de Amnistía Internacional es clara: defender los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Desde el derecho a la vida hasta la libertad de expresión, la organización denuncia cualquier violación, "venga de donde venga y afecte a quienes afecte". Aunque los resultados no siempre son inmediatos, la trayectoria de la organización, avalada por el Premio Nobel de la Paz en 1977, demuestra que la presión y la denuncia constante pueden salvar vidas, como en los casos en los que se ha logrado evitar la ejecución de condenados a muerte.

Sin embargo, el panorama mundial es desolador. Hernández es tajante al afirmar que "no hay ningún país donde los derechos humanos estén completamente resguardados". Más allá de los conflictos mediáticos como el de Ucrania o Gaza, Amnistía pone el foco en las "guerras invisibles" que asolan desde hace décadas países como Sudán, Etiopía o Yemen.

Gaza, migración y el auge del extremismo

El conflicto en Gaza ocupa un lugar prioritario en la agenda de la organización. Hernández recuerda que ya en diciembre del año anterior, Amnistía Internacional publicó un informe contundente. "Se llegó a la conclusión de que lo que se estaba cometiendo por parte de Israel en Gaza era un genocidio, con las evidencias claras, por las investigaciones tanto en el terreno como fuera del terreno", afirma. Critica la tibieza de algunas naciones desarrolladas, que atribuye a intereses económicos y al "negocio de la venta de armas".

Otro de los grandes frentes de batalla es la defensa de los migrantes, un tema que toca de cerca a Hernández. "Yo pertenezco a una familia de migrantes. España ha sido un país migrante y cuando los españoles hemos estado en otros países, hemos sido tratados amablemente con cariño, y aquí los que ahora vienen deben ser tratados de esa manera", confiesa. Rechaza frontalmente la criminalización de estas personas y defiende su papel crucial en la economía y la sostenibilidad del sistema de pensiones. "Si no fuera por la migración precisamente aquí en España, estaríamos bastante comprometidos en lo que es el resurgir del tema económico", sostiene.

El coordinador de Amnistía también ha analizado con preocupación el auge de la extrema derecha, especialmente entre los jóvenes. Lo atribuye a una peligrosa combinación de factores: la desinformación a través de bulos en redes sociales y una profunda carencia en el sistema educativo. "No se ha explicado, no se ha enseñado en los centros educativos qué es lo que ha pasado durante el período del franquismo, la transición, y por eso muchos jóvenes están viviendo una realidad que desconocen", lamenta. Esta falta de conocimiento histórico, asegura, los hace vulnerables a discursos que idealizan épocas oscuras del pasado.

Acción local con impacto global

La actividad de Amnistía Internacional en Salamanca es constante. Cada último jueves de mes, la Plaza Mayor acoge un acto contra la violencia machista. Cada 30 de noviembre, la capital charra se une a la iniciativa "Ciudades por la vida" para pedir la abolición de la pena de muerte. Además, el grupo imparte charlas en centros educativos y publica semanalmente un artículo de opinión en SALAMANCArtv AL DÍA, una colaboración que ya ha dado como fruto cuatro libros recopilatorios con más de 400 textos publicados.

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Fotos de Vanesa Martins