El V Toro de San Nicolás, celebrado este sábado en Vitigudino, ha resultado un éxito multitudinario a pesar de la amenaza de lluvia. Los dos astados de la ganadería de Orive, 'Insolente' y 'Lindero', ofrecieron un gran juego y permitieron el lucimiento de los aficionados en un festejo sin incidencias que dinamizó la hostelería local.
Ni la amenaza del cielo ni el agua caída minutos antes pudieron frenar la afición taurina en Vitigudino. La quinta edición del Toro de San Nicolás ha vuelto a demostrar este sábado, 6 de diciembre, el poder de convocatoria de los festejos populares en la villa, abarrotando el recorrido urbano y la Plaza de España de público llegado de toda la comarca de Las Arribes y la provincia.
La jornada vespertina estuvo marcada por la incertidumbre meteorológica inicial, pero finalmente las nubes respetaron el desarrollo del evento de principio a fin. El festejo, organizado por la Asociación Taurina Cultural 'Villa de Vitigudino', con la colaboración del Ayuntamiento, se desarrolló sin incidencias reseñables, destacando la nobleza del ganado y la valentía de los corredores y aficionados a los engaños.
El protagonismo en el asfalto recayó sobre la divisa de Orive, procedente de la finca Las Tapias, de Villares de Yeltes, que presentó dos ejemplares de comportamiento bravo y noble que mantuvo la emoción durante toda la tarde.
El primero en saltar a las calles fue 'Insolente', un toro colorado, cinqueño y herrado con el número 6. El animal ofreció un juego excelente, mostrándose pronto y con fijeza, lo que permitió el lucimiento de los aficionados. Su comportamiento fue en los engaños, permitiendo lances que arrancaron los aplausos del público congregado en la calle San Roque.
Posteriormente, llegó el turno del titular del festejo, el V Toro de San Nicolás. De nombre 'Lindero', este segundo astado, también colorado y cinqueño, impactó desde su salida por su imponente presencia. Ejemplar 'cornalón' y corniabierto que imponía respeto nada más pisar el recorrido. Pese a su seriedad, el de Orive hizo gala de la bravura y nobleza habituales en este hierro, convirtiéndose en un reto para los más valientes, que no fueron pocos a la hora de citarlo tanto a cuerpo limpio como con engaños.
Tras la finalización del festejo taurino, la fiesta se trasladó a los establecimientos de hostelería. Los bares de la localidad se convirtieron en un hervidero de gente, cumpliendo así uno de los objetivos principales de esta iniciativa: dinamizar la economía local en pleno mes de diciembre.
Este evento en honor al patrón de la villa, San Nicolás de Bari, ha logrado revitalizar una fecha que estuvo en cierta medida olvidada en el calendario festivo local hasta la intervención de la Asociación Taurina Cultural ‘Villa de Vitigudino’. Gracias a su trabajo y a la respuesta masiva del público, el Toro de San Nicolás se consolida año tras año como una cita ineludible del puente de la Constitución.
Tras la adrenalina del sábado, la programación organizada por el Ayuntamiento de Vitigudino continúa mañana, domingo 7 de diciembre, con un tono más institucional y familiar. A las 18:30 horas, la Plaza de España volverá a ser el centro de atención, esta vez para acoger el tradicional encendido del árbol de Navidad.
Para combatir las bajas temperaturas propias de la época y fomentar la convivencia vecinal, el Consistorio ofrecerá una degustación de chocolate y castañas a todos los asistentes, dando continuidad a un programa navideño que se extenderá hasta la llegada de los Reyes Magos.
Nota de Redacción: Desde Las Arribes Al Día queremos agradecer a Jamones Pepiño habernos abierto las puertas de su casa para poder realizar este reportaje.