Esta actuación forma parte de un plan que, gracias a la tecnología de gestión de presiones, ha reducido las roturas en un 43% desde 2017 y ha ahorrado más de 18,8 millones de metros cúbicos de agua.
El Ayuntamiento de Salamanca continúa con su plan de mejora de las infraestructuras hidráulicas de la ciudad. Las obras de renovación de la red de abastecimiento han comenzado ya en las calles Gil González Dávila y César Real de la Riva, situadas en el barrio de Chamberí. Estas actuaciones enlazan con las mejoras ejecutadas anteriormente en las calles Bernardo Dorado y Conde Vallellano.
El proyecto cuenta con un presupuesto de adjudicación de 369.310,09 euros y contempla la sustitución de un total de 1.016 metros de tuberías. La intervención busca modernizar la red para evitar las molestias ocasionadas por las averías y garantizar un suministro más eficiente a los vecinos de estas zonas.
Según ha informado el Consistorio, los trabajos se están desarrollando actualmente en el barrio de Chamberí y continuarán posteriormente en Pizarrales. Las siete vías incluidas en este proyecto son:
Estas actuaciones se suman a las ya realizadas durante este año 2025 en otros puntos de la capital, como los barrios Blanco, Chinchibarra, La Vega, Prosperidad, Vidal, la calle Gran Capitán y el paseo de la Estación. Asimismo, actualmente se están ejecutando obras similares en el barrio de El Rollo.
Con esta nueva intervención, la renovación de tuberías comprometida durante el actual mandato municipal supera los 15,6 kilómetros de longitud, abarcando un total de 74 calles de la ciudad. La inversión global acumulada en este periodo ronda los 4,8 millones de euros.
Estas cifras se añaden a las ejecutadas durante el mandato anterior, cuando se renovaron cerca de 21,5 kilómetros de conducciones en 106 calles, con un coste superior a los 8,7 millones de euros.
Uno de los pilares de la gestión del agua en Salamanca es el sistema de Gestión Activa de Presiones (GAP), implantado en 2017. Esta tecnología inteligente regula la presión de la red en función de la demanda, lo que permite aumentar la vida útil de las tuberías en dieciséis años y minimizar las pérdidas.
Los datos municipales reflejan una disminución constante en las incidencias. En el primer semestre de 2025 se registraron 49 roturas, lo que supone un 43 % menos que antes de la implantación del sistema. Previamente, en 2024, las roturas ya se habían reducido un 17,4 % respecto al año anterior y un 56,1 % en comparación con 2017.
Desde la puesta en marcha del GAP, el ahorro neto de agua ha sido superior a los 18,8 millones de metros cúbicos, una cantidad que supera el suministro total necesario para toda la ciudad de Salamanca durante el año 2024. El sistema se controla desde la potabilizadora, donde se reciben a diario más de 10.000 datos para monitorizar la red de forma permanente.