El Gran Café Teatro regresa a la Sala B del CAEM del 5 al 8 de diciembre con seis funciones. El actor Carlos Vicente, maestro de ceremonias, detalla las claves de un espectáculo que apuesta por el 'humor blanco', la música y la magia para crear un refugio de tres horas alejado de la actualidad.
Es una de las citas ineludibles del calendario cultural de Salamanca y regresa fiel a su tradición. El Gran Café Teatro vuelve a abrir sus puertas este fin de semana en la Sala B del Centro de las Artes Escénicas y de la Música (CAEM). Con casi cuatro décadas de historia a sus espaldas, este formato de cabaret, que aúna música, magia, danza y humor, se prepara para colgar el cartel de 'no hay billetes' en las seis funciones programadas entre el viernes 5 y el lunes 8 de diciembre.
Al frente de la nave, como ya es costumbre, se encuentra Carlos Vicente, quien da vida al carismático maestro de ceremonias, Don Carlos. El actor afronta esta nueva edición con las "mejores expectativas" y un objetivo ambicioso: superar el listón de años anteriores. La propuesta de este 2025 busca convertirse en una burbuja de desconexión absoluta para el espectador, un refugio de tres horas donde la actualidad política o económica quedan prohibidas en favor de la carcajada.
La organización ha diseñado un montaje "absolutamente redondo y profesional", capaz de funcionar en cualquier teatro de España, pero con un marcado ADN salmantino. La mezcla de veteranía y renovación es la apuesta segura para mantener la fidelidad de un público que ha convertido este evento en una tradición intergeneracional.
En un momento de crispación social, el Gran Café Teatro reivindica la risa como elemento unificador. Carlos Vicente ha querido destacar la filosofía que impregna el guion del espectáculo, alejándose de la polémica fácil para buscar la complicidad general. "Lo nuestro es estar atentos a lo que rodea y preocupa a la gente, pero para hacer reír con un humor blanco", ha explicado el actor.
Para el maestro de ceremonias, esta decisión artística es fundamental para el éxito del show: "No hay nada más bonito que hacer reír a unos y a otros con un humor divertido, que no tiene que hacer sangre ni herir sensibilidades, simplemente tiene que hacer reír". El propósito trasciende el momento de la función; el deseo del equipo es que el impacto positivo perdure en la rutina de los asistentes. "Me encantaría que alguien estuviera en la oficina el martes día 9 y se riera recordando lo que hicieron Maestro Ruiz y Miguelón o Alberto Cabrillas", ha confesado Vicente.
Una de las señas de identidad que el público más valora es el ritmo vertiginoso de la gala. "Entre un número y otro no hay dos minutos de espera, está todo medido y perfectamente estudiado", asegura el presentador. Esta fluidez, sin embargo, requiere de una maquinaria técnica y artística muy engrasada detrás del telón.
Carlos Vicente ha revelado uno de los secretos mejor guardados del oficio: la gestión de los imprevistos. Aunque el espectáculo parece fresco y espontáneo, "la improvisación viene del ensayo". El actor ha detallado que existen protocolos para situaciones inesperadas o que algún artista necesite un minuto extra antes de salir a escena. "Tengo preparadas frases y recursos para esos momentos. Si me dicen que tengo que improvisar un minuto más, en realidad yo ya tengo ese material", ha explicado sobre la técnica que permite que, a ojos del espectador, todo fluya con naturalidad y sin errores perceptibles.

Aunque el formato se mantiene, el contenido se renueva para seguir sorprendiendo tras 38 años de trayectoria. "Normalmente los números son nuevos", ha confirmado Vicente. En esta edición, el público podrá disfrutar de:
Sin embargo, la organización es consciente del peso de la historia y de las demandas de los seguidores más fieles. Por ello, el espectáculo siempre reserva espacio para recuperar algún "número clásico", satisfaciendo así a quienes piden volver a ver sketches icónicos que han marcado la historia del certamen, logrando un equilibrio entre la sorpresa y la nostalgia.
Más allá de su rol como Don Carlos, Carlos Vicente llega a esta cita navideña en un momento de plenitud profesional. El actor ha calificado el último año como "muy bueno", consolidando la trayectoria de su compañía, Edulogic Producciones, junto a Patricia Sánchez. "Para nosotros, los últimos dos o tres años han sido excepcionales; los proyectos se nos han multiplicado por dos o por tres", ha revelado.
La actividad de Vicente no se ha detenido en todo el 2025. El actor ha participado en programas emblemáticos como "Las llaves de la ciudad" y las rutas teatralizadas de los retablos barrocos, impulsadas por Turismo de Salamanca. Además, ha girado por la comunidad con el montaje 'Estamos en obras', que ha formado parte de la programación de Circuitos Escénicos con cerca de una decena de funciones.
"Una compañía de teatro es como una empresa, tienes que hacer valoración al final de año. Y cuando llegas a diciembre y ves que las cifras son mejores y has actuado más que el año pasado, uno está satisfecho", reflexiona Vicente. Además, ya adelanta que tienen una obra escrita que intentarán estrenar el próximo año, demostrando que la maquinaria creativa no se detiene.
Volviendo al Gran Café Teatro, Carlos Vicente señala que no es solo entretenimiento; es una reivindicación del talento local. "Es un escaparate fundamental para que la gente sepa que en Salamanca hay compañías de todos los estilos y gustos", afirma. El elenco de este año incluye a figuras y grupos como Maestro Ruiz y Miguelón, Sheila Blanco, Alberto Cabrillas, Jes Martin´s, Divinas Conmedias, Javi y Jenny, y la magia de Armando de Miguel.

Sobre la situación del sector en la ciudad, Carlos Vicente se ha mostrado moderadamente optimista, asegurando que "no estamos mal" en cuanto a cultura popular. Ha valorado positivamente el apoyo institucional y la vitalidad de compañías salmantinas como Spasmo Teatro o La Chana, que giran por toda España. Para los artistas participantes, este evento supone también un cierre de ciclo anual, una "tradición" para reunirse con compañeros, hacer balance del año profesional y celebrar el trabajo realizado.
El espectáculo se desarrollará en la Sala B del CAEM con un calendario diseñado para aprovechar los días festivos del puente de la Constitución y la Inmaculada. La programación detallada es la siguiente: