Con esta jornada, organizada por el Arciprestazgo de Santa Teresa, se clausuró el ciclo de peregrinaciones diocesanas del Año Santo.
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Las comunidades parroquiales del Arciprestazgo Santa Teresa, que engloba las zonas de Alba de Tormes y Guijuelo, protagonizaron el pasado sábado, 22 de noviembre, una jornada de fe y convivencia en la capital del Tormes. Un total de 150 fieles se desplazaron hasta la Catedral de Salamanca para alcanzar la gracia del Jubileo ordinario “Peregrinos de esperanza”, convocado por el papa Francisco mediante la bula Spes non confundit.
Con esta movilización se han completado las peregrinaciones arciprestales que la Diócesis de Salamanca ha venido celebrando a lo largo de este Año Santo 2025. La iniciativa, enmarcada en la programación trimestral del arciprestazgo, ha servido para que los vecinos de estas localidades renueven su compromiso eclesial.
El arcipreste de la zona, Juan Francisco Buitrago, valoró muy positivamente la respuesta de los feligreses. "Fue un aliciente para el arciprestazgo", señaló el sacerdote, quien quiso destacar especialmente "la presencia de tantos laicos implicados en la catequesis, la acción social o la liturgia", demostrando la vitalidad de estas parroquias rurales.

El ambiente jubilar comenzó antes de llegar a la ciudad. Ya en los autobuses, los participantes rezaron la bendición del peregrino y escucharon la lectura de varios fragmentos de la bula de convocatoria. Durante el trayecto, los fieles ensayaron el himno del Jubileo, una pieza que posteriormente interpretó el Coro parroquial de El Encinar durante la celebración litúrgica.
Una vez en Salamanca, la comitiva se congregó junto al crucero de Tentenecio. Desde allí, el grupo emprendió unido el ascenso hacia la Puerta del Obispo de la Catedral Nueva, entonando el canto "¡Qué alegría cuando me dijeron!", emulando el gozo bíblico del pueblo de Israel en su camino hacia Jerusalén.
Ya en el interior del templo catedralicio, la jornada continuó con una celebración penitencial organizada por el Consejo Arciprestal. El sacerdote Blas Rodríguez fue el encargado de dirigir una reflexión centrada en la esperanza que nace de la misericordia divina, facilitando así el examen de conciencia de los asistentes.
Tras este momento de reconciliación, la comunidad se reunió en torno al altar mayor para celebrar la eucaristía jubilar. La misa comenzó a las 12:00 horas y estuvo presidida por el propio arcipreste, Juan Francisco Buitrago.

La visita tuvo también su dimensión cultural. Al finalizar la ceremonia religiosa, Tomás Gil, director del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, ofreció una detallada explicación sobre la Catedral Nueva.
Durante veinte minutos, Gil proporcionó a los peregrinos las claves para comprender:
Posteriormente, los asistentes pudieron recorrer libremente algunos de los espacios más destacados del monumento. La jornada de convivencia finalizó con una comida de hermandad en la Casa de espiritualidad de los Padres Paúles, situada en Santa Marta de Tormes, poniendo el broche final a este encuentro comarcal.