Entrevista a Olaf Jiménez, profesor de trompa de la Joven Orquesta Sinfónica Ciudad de Salamanca (JOSCS), con objeto de su próximo recital en el que interpretará como solista el Concierto para trompa y orquesta nº 3 en Mi b Mayor, K. 447 de Mozart.
Escucho la sección de cuerda de la Joven Orquesta de mi ciudad, sabiamente dirigida por Andrés Navarro, tocando Las Bodas de Fígaro en la sala B del CAEM. Un escenario donde aún suenan los ecos del concierto del grupo de rock salmantino Sin Sentido, y que hoy acoge el ensayo de la Joven Orquesta Sinfónica Ciudad de Salamanca.
Ya hace un par de años que en estas mismas páginas confesé mi absoluta devoción por este proyecto que reúne veteranos profesionales y jóvenes estudiantes en hermosa armonía, y está a punto de cumplir otras bodas, las de plata.
Y no es poca cosa, porque la orquesta amorosamente cuidada por su gerente Víctor Moro y sus devotos profesores, sigue dando temporada tras temporada muestras de una envidiable salud y energía.
Uno de esos profesores es Olaf Jiménez, intérprete de trompa, docente del Conservatorio de Ávila, y colaborador de importantes orquestas nacionales, que ahora comienza a extraer de su instrumento una delicada melodía que forma parte del concierto para trompa y orquesta nº 3 de Mozart que va a interpretar con la JOSCS este domingo 23 de Noviembre en el CAEM. Un timbre muy bello que no estoy acostumbrado a escuchar como instrumento solista, y que refuerza mi agradecimiento a director e intérpretes por permitirme asistir a sus ensayos.
Aprovecho la ocasión para aprender un poco más sobre la música culta:
Fernando Sánchez: Tu currículo es excelente: una larga y completa etapa de formación más una amplia experiencia en diversas y prestigiosas agrupaciones musicales. ¿Es la carrera musical especialmente dura en el ámbito clásico?
Olaf Jiménez: La verdad es que en la música, nunca se acaba de estudiar ni de aprender. Es un arte vivo y en constante evolución, y eso precisamente es lo que la hace especial. La diferencia que existe, por ejemplo, entre una ecuación que tiene un resultado predeterminado o la variedad de posibilidades que ofrece una interpretación.
Cierto es, que la disciplina musical no es un camino de rosas en ningún ámbito, pero pese a ser una carrera dura, y muy larga, ya que, si unimos los años de las Enseñanzas Elementales, Profesionales, y el posterior Grado Superior, hacen un total de 14 años, a los cuales hay que añadir, como en todo ahora, mínimo uno o dos años de máster… supondría fácilmente la carrera más larga a día de hoy. Sin embargo, también tengo que reconocer que, a lo largo de todos esos años, existen anécdotas y aventuras inolvidables las cuales no cambiaría por nada.
F.S.: Tú eres profesor del Conservatorio Profesional de Ávila. ¿Hay suficientes salidas profesionales, más allá de la enseñanza, para los intérpretes de música clásica?
O.J.: Por supuesto que sí.
La música clásica es la base de todo, y eso es lo primordial. En los días en los que estamos, parece que todo el mundo está innovando en cuanto a estilos y prácticas musicales, no quiero entrar en nombres de intérpretes que acaban de sacar disco en el cual aparecen instrumentos sinfónicos, pero lamentablemente tengo que decir a quien piensa esto hoy en día, que todo nos viene dado e inventado por los grandes compositores de periodos pasados, y por los folklores y herencias geográficas, ya que, sin esa base, no se sostendría ningún ´´edificio´´ musical.
Una vez tú empiezas en el mundo de la música y conoces las técnicas y procesos necesarios para defenderte en el terreno clásico, es cuando estás preparado para poder entender y experimentar con el resto de estilos, pues una canción pop-comercial-rock-etc… no es más que la secuencia repetida de un patrón de acordes de la época del clasicismo.
Tras lo mencionado, concluyo diciendo que, además de la docencia, con una formación clásica puedes adentrarte en el campo de la interpretación (solista, bandas, orquesta, música de cámara, ensembles, … ) en el mundo de la composición, incluso en la edición de material bibliográfico, equipos de sonido y ecualización…
F.S.: La trompa no parece el instrumento más conocido ni probablemente el más demandado de la música clásica. ¿Por qué lo elegiste?
O.J.: La verdad que no sé si yo elegí la trompa o me eligió ella a mí…
Yo hice la prueba al conservatorio con 7 años, y para nada en mi ideal del momento estaba ir a aprender a tocar la trompa. Cosas del destino, en el instrumento que yo pedí no había plazas en esa convocatoria, pero sí en otros instrumentos. Yo quería ir al conservatorio sí o sí, y de las opciones que había escogí la trompa. A día de hoy, y después de muchos momentos no todos agradables, creo que fue un acierto, pues voy camino de treinta años con la trompa en la espalda.
F.S.: ¿Qué tiene la trompa que no aporten otros instrumentos? A mí su timbre me parece que puede ser especialmente dulce y delicado o bastante enérgico, dependiendo mucho de la dinámica al tocarlo.
O.J.: Todos los instrumentos tienen algo positivo, pero la trompa es un instrumento especial. Como tú bien dices, su sonido inconfundible puede ser delicado, enérgico, rudo, sensible, misterioso, épico, y así podría seguir…
La trompa es el único instrumento que combina con todos en la orquesta, de modo que puede dialogar a lo largo de una pieza con cuerda, metal, madera… incluso también es capaz de pasar desapercibido generando una base armónica para facilitar el protagonismo de otro.
Posiblemente sea uno de los instrumentos más versátiles que existen.
F.S.: Tengo la impresión de que los instrumentos de tono más grave no suelen ser elegidos como solistas, aunque el pasado Febrero me encantó la interpretación con la JOSCS de tu compañera Lara Díaz de su propia transcripción para clarinete bajo del concierto para violonchelo y orquesta nº 1 de Camile Saint-Saëns. Imagino que no hay mucha música escrita para la trompa como instrumento solista; estamos más acostumbrados a los conciertos para piano ó violín, por ejemplo.
O.J.: Para nada, hay un montón de música escrita para trompa y orquesta, y se siguen componiendo aún. Hace pocos meses se acaba de estrenar, por ejemplo, el concierto para trompa y orquesta Rapa Nui, de la mano del trompista Matías Piñeira.
Lamentablemente, en la actualidad, hemos heredado un sistema de programaciones orquestales que se sostienen sobre los instrumentos ´´nobles´´ como el piano o el violín que yo creo que se mantiene por el desconocimiento de otras piezas o por miedo a introducir música con el mismo valor pero menos habitual.
F.S.: Ya has interpretado el concierto nº 3 de Mozart. ¿Qué características y dificultades tiene la interpretación solista de este concierto?
O.J.: El concierto KW447 de Mozart, conocido como el nº3, es un concierto de estructura y armonización clásica, dedicado a I. Leutgeb, trompista amigo de Mozart. Es una obra en la que el compositor despliega las posibilidades de la trompa existente en la época, la trompa natural, que no tenía ningún sistema de válvulas para modificar las notas. A lo largo de sus 3 movimientos, la trompa experimenta una gran variedad de pasajes contrastantes entre sí, pues nada tiene que ver la energía inicial con el tono íntimo y relajado del segundo movimiento y el explosivo rondó final. Pero para mí, la mayor dificultad que ofrece toda la música de W.A. Mozart, es la claridad en la afinación y la articulación. Si consigues eso, la música fluye sola.
F.S.: Actúas habitualmente con varias orquestas sinfónicas profesionales. ¿Qué diferencias puedes destacar con tu trabajo en la JOSCS?
O.J.: En una orquesta profesional el trabajo es mucho más rápido y exigente. El tiempo para preparar los programas es muy justo y no hay opción al fallo.
Con la JOSCS tratamos de formar de manera práctica a los componentes de la orquesta de la forma más real posible, pero sin la presión y el estrés de la vida profesional a la cual espero que todos los miembros de la misma lleguen.
F.S.: Charlando con Andrés Ramos, director de la JOSCS, recuerdo que citaba la música moderna como “música popular”. Para alguien como yo, que viene del mundo del rock, me resultó muy curioso el término. ¿Está la música clásica muy alejada de los estilos musicales más modernos?
O.J.: Como te mencioné anteriormente, para bien o para mal (yo opino que para bien), toda la música moderna viene de la música antigua y/o popular, por lo que no, la música moderna tiene una grandísima relación con toda la música clásica.
F.S.:¿Hay relación entre los músicos de formación académica (de Conservatorio) con los de la música pop y otros géneros? Conozco casos muy interesantes, como el de Víctor Grande, clarinetista de la JOSCS, también compositor y miembro del dúo Cures de música electrónica.
O.J.: Por supuesto que sí, todos somos personas y las relaciones y los intercambios de ideas no están reñidos con la formación clásica o moderna. No obstante, una cosa sí que te afirmo, si conoces lo clásico podrás obtener buenos resultados en el ámbito moderno, pero al revés será imposible. Se entiende esto fácilmente con los bailarines de danza clásica. Estos son capaces de bailar cualquier estilo dada su formación, pero una persona que baila únicamente estilo ´´urbano´´, nunca podrá bailar ballet sin la técnica que se adquiere con el clásico. Lo mismo sucede con la interpretación musical.
F.S.: Soy un fan declarado de la JOSCS. ¿Qué le dirías al público para animarle a acudir a vuestro concierto del domingo 23 en el CAEM?
O.J.: Lo primero que les digo es que hay que apoyar la cultura en todas sus variedades.
Lo segundo es que Salamanca tiene mucha suerte, no porque toque yo en este concierto, sino porque tiene una orquesta joven que ofrece una programación de temporada variada y agradable, y ese lujo lo tienen lugares muy concretos.
Y para finalizar, que tanto la ciudad, como la orquesta con todos sus componentes, los que tocan y los que no se ven, pero hacen posible que todo esto salga adelante, se merecen el mayor público posible.
Todo esto añadido a que va a ser un conciertazo!!
Os esperamos!!

Olaf Jiménez posando con la trompa (foto: familia Jiménez)
El domingo 23 de noviembre a las 19:00, la JOSCS estrena la temporada de conciertos con un interesantísimo programa, compuesto de las siguientes obras:
· W. A. Mozart: Obertura de las Bodas de Fígaro
· W. A. Mozart: Concierto para trompa y orquesta nº 3 en Mi b Mayor, K. 447. Solista: Olaf Jiménez.
· N. Rimsky-Korsakov: Capricho Español, Op. 34.
La entrada cuesta sólo 5 € y puede adquirirse en la página web de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura.
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Texto: Fernando Sánchez Gómez (FerCyborg)
Fotos: FerCyborg, excepto indicado en contra.
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