El excapitán ha recuperado su mejor nivel y va líder con el conjunto madrileño después de abandonar el Helmántico el pasado verano
Tras media vida defendiendo los colores del Salamanca UDS, Antonio Amaro ha encontrado en el Rayo Majadahonda un nuevo hogar donde ha recuperado su mejor versión. El excapitán blanquinegro, ahora líder de su grupo en Segunda Federación, ha analizado en una entrevista su fulgurante inicio de temporada, un éxito que atribuye a un entorno de tranquilidad que le permite centrarse exclusivamente en el deporte, lejos de las turbulencias que a menudo rodearon su etapa en Salamanca.
Su adaptación a la capital y al nuevo club ha sido, contra todo pronóstico, sorprendentemente fluida. "Si te soy sincero, pensaba que iba a costar muchísimo más, pero desde el primer momento el club y los compañeros me han abierto las puertas de par en par", ha confesado Amaro. A pesar de dejar atrás "mi casa de tantos años y una vida tan fácil", el futbolista salmantino ha asegurado haberse sentido "muy cómodo" en un vestuario completamente renovado, con muchos jugadores nuevos que han encajado a la perfección.
Este buen ambiente se ha trasladado al terreno de juego. Aunque el inicio fue complejo mientras asimilaban los conceptos del entrenador, el Rayo Majadahonda ha encadenado una racha espectacular. "Llevamos una rancha ahora bastante buena de cinco partidos ganados y seis sin perder", ha explicado el centrocampista. El equipo madrileño comanda la clasificación, cumpliendo con las altas expectativas de un club que no esconde sus metas. "El club es muy ambicioso, desde el primer momento nos dijo que su objetivo es entrar en playoff y, evidentemente, ascender", ha señalado.
Preguntado por su notable rendimiento individual, que muchos califican como un regreso a su mejor nivel, Amaro ha sido claro al apuntar a la diferencia de contexto entre su club actual y el Salamanca UDS. El jugador ha destacado que el cuerpo técnico del Majadahonda "te hace la vida más fácil", pero ha puesto el foco en la ausencia de distracciones. "Ya sabes lo que conllevaba jugar en el Salamanca. Hay mucha presión externa y muchos problemas extradeportivos que, por ejemplo, ahora en el Majadahonda no estoy teniendo, solo pienso en fútbol", ha afirmado con rotundidad.
Esta paz le ha permitido recuperar una rutina puramente profesional, una de las claves de su resurgir. "Aquí evidentemente no los tengo y solo me centro en lo que he venido a hacer, que es el fútbol", ha subrayado. Amaro ha descrito un día a día en el que su única preocupación es su rendimiento, algo que considera fundamental para cualquier futbolista profesional.
"Si llego a entrenar a las ocho u ocho y media de la mañana, me meto en el vestuario y solo pienso en fútbol, en recuperarme, en ir al fisio, en entrenar de la mejor manera y en hablar con el cuerpo técnico para encarar el partido", ha detallado. Esta inmersión total, que se prolonga durante "cuatro o cinco horas", es lo que, en su opinión, "tiene que estar pensando un futbolista".
A pesar de su exitoso presente, el vínculo con su antiguo equipo sigue latente, aunque ha optado por mantener una cierta distancia emocional para protegerse. "Si te soy sincero, no he visto ningún partido. Para mí tampoco es fácil ver a mi equipo desde fuera", ha reconocido. Sin embargo, su conexión con la plantilla es constante y se preocupa por la situación del club.
"Tengo compañeros y amigos dentro de esa plantilla y sí que hablo casi a diario con ellos. Me preocupo porque sé lo que es estar ahí y lo que están viviendo", ha comentado. Basándose en esas conversaciones, se ha mostrado optimista sobre el futuro del Salamanca UDS. "Ellos me dicen que el equipo está bien, que futbolísticamente están haciendo buenos partidos y que seguramente puedan sacarlo hacia adelante, porque es una gran plantilla".
La tranquilidad deportiva ha venido acompañada de una rápida estabilidad en el plano personal. El traslado a Madrid, que se antojaba como un gran reto, se ha visto facilitado por las circunstancias. "Me vine con mi pareja también, pudo encontrar trabajo rápido, piso... vino todo rodado y la verdad es que estamos muy cómodos", ha explicado. Esta estabilidad le permite mantener el foco en su carrera, aunque sin perder el contacto con sus raíces, escapándose a Salamanca siempre que tiene un día libre.
Con la mente clara y las botas a punto, Antonio Amaro afronta esta nueva etapa con una determinación renovada, consciente de su propósito en Majadahonda. "Yo tengo muy claro a lo que he venido: he venido a disfrutar del fútbol, a dar el máximo y, si puedo ayudar al club a cumplir los objetivos, ese es el viaje que tengo en mi mente", ha concluido.