Un 4–5 lleno de interrupciones, expulsiones y un final bajo protocolo arbitral
El Piensos Durán Albense firmó en Baamonde una de esas victorias que dicen mucho más que el marcador. Un 4–5 sufrido, irregular por momentos, lleno de vaivenes y condicionado por una interrupción de casi veinte minutos por el protocolo de agresión verbal arbitral, pero que el equipo de Javier Hernández supo cerrar con oficio… y con dos paradas salvadoras de Carlos en el tramo final.
Desde el arranque, el conjunto visitante entró enchufado. Tal y como explicó el técnico, “volvemos a entrar bien al partido, de hecho en los primeros dos minutos marcamos el 0-2”, con goles prácticamente consecutivos de Guillermo Pini y Juan Diego. Durante los primeros seis o siete minutos el Albense controló el ritmo, dispuso de transiciones claras para ampliar la renta y tuvo opciones para el 0–3, pero la falta de precisión en el último pase acabó penalizándolo: “Llegamos tarde y esas acciones las hacemos mal, nos generan transiciones defensivas que debemos mejorar”, admitió Hernández.
Begonte reaccionó apoyándose en su juego de pívot, un recurso que el cuerpo técnico albense tenía bien estudiado. Aun así, Anxo Veiga recortó distancias y, poco después, Ángel Prado empató el partido en plena fase de dudas visitante. “Nos hace mucho daño porque es una situación que habíamos visto en el ‘scouting’. Nos generan muchas dudas en defensa y no somos capaces de corregir”, lamentó el entrenador.
El 2–2 coincidió además con la expulsión por doble amarilla de Jové, que dejó al Albense en superioridad. La situación no se gestionó bien: “No manejamos bien la expulsión y tampoco leímos bien la situación en ataque, eso nos generaba mucha transición defensiva”, reconoció.
El vestuario necesitaba resetear, y así fue. Tras ajustar conceptos, el conjunto de la villa ducal volvió a salir fuerte. “Volvemos a hacer un buen inicio de segunda parte”, explicó el técnico. Ese impulso se materializó en el 2–3, obra de Raúl Herrero, pero la alegría duró poco: otra acción a balón parado mal defendida devolvió el empate (3–3).
El partido entró entonces en una dinámica de ida y vuelta que favoreció al Albense. En una acción bien preparada, Pini firmó el 3–4, y poco después completó un hat-trick con el 3–5, imponiéndose en un duelo que el equipo había identificado como clave: “El 3-5 viene de un duelo. Es una situación de las que habíamos hablado”, explicaba Hernández. Incluso hubo una nueva oportunidad de superioridad para sentenciar, pero volvió a escaparse sin aprovechar: un problema recurrente según el técnico.
A falta de cuatro minutos, el partido se detuvo. Tras varios avisos previos, el árbitro activó el protocolo por insultos reiterados desde la grada al equipo arbitral. Ambos equipos tuvieron que dirigirse a vestuarios, y el choque no se reanudó hasta la llegada de la Guardia Civil, en un parón de entre quince y veinte minutos. “No sabíamos por qué se paraba, luego nos dijeron que era por el protocolo”, comentó Javier Hernández.
A la vuelta, quedaban 17 segundos de superioridad para los verdes, pero no se generó peligro. El Begonte apostó entonces por el portero-jugador y encontró el 4–5 a dos minutos del final.
La recta final fue una prueba de nervios. Y ahí emergió Carlos, decisivo con dos intervenciones clave para evitar el empate. “Carlos tiene dos paradas importantísimas para llevarnos los 3 puntos”, destacó Hernández.
Pese al sufrimiento, el técnico valoró el triunfo como muy positivo: “Sacamos 3 puntos fuera de casa, que es muy importante y muy difícil, aunque sea el colista; ya lo venía advirtiendo en la previa que nos iba a costar mucho”.
El Albense afrontaba el encuentro con dos bajas sensibles: Morales y Jorge, fundamentales en el engranaje del equipo. Por eso, el entrenador cerró su valoración subrayando el trabajo colectivo: “Esto refuerza que el grupo compite, que todos los jugadores suman y son importantes”.
Un triunfo sufrido, convulso y trabajado, que vale más que tres puntos y que confirma que este Piensos Durán Albense sabe sobrevivir en cualquier escenario.