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Percepciones económicas y realidad social
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Al cabo de la calle

Percepciones económicas y realidad social

Actualizado 15/11/2025 09:09

Los bajos salarios españoles están frenando el desarrollo socioeconómico de España y haciendo sufrir a una gran parte de la población. Mientras eso ocurre, la gran banca española, por hacer referencia a uno de los sectores más significativos, bate cifras record de beneficios netos acumulados de 25.416 millones de euros en los nueve primeros meses de 2025, lo que supone un 7,4 % más que en el mismo periodo de 2024, según los datos publicados por las propias entidades.

Los datos muestran una economía española boyante y los gobernantes se apoyan en ellos para resaltar el buen estado de salud de la economía, sintetizado en aquello de que “España va bien”, incluso disparada “como un tiro”. Opinión compartida en el contexto internacional, por prestigiosos medios de comunicación e instituciones supranacionales, teniendo en cuenta los datos macroeconómicos y la evolución favorable del mercado laboral, entre otros.

Sin embargo, rascando en la vida cotidiana de la mayoría de los ciudadanos, que es la clase media, los trabajadores y los jóvenes, encontramos múltiples sombras por las que ese incremento de la riqueza no se traduce en bienestar para la inmensa mayoría de la población. Parece que estamos en aquello de las dos Españas o, como se dice más modernamente, en la España de las dos velocidades, en la que todo avanza menos los salarios que parecen la hermanita pobre del sistema, las rentas del trabajo se han quedado atrás. El sentimiento económico de los españoles se deteriora y roza el pesimismo, pese a las buenas cifras macroeconómicas.

Al respecto y según datos de Eurostat, el salario medio ajustado a jornada completa en España alcanzó los 33.700 euros brutos en 2024, frente a los 39.808 de la Unión Europea (UE) El sueldo medio de la UE subió más de 400 euros en 2024, respecto al español, mientras que en el 2009 la diferencia entre ambos era de unos 200 euros. Esto quiere decir que, según la oficina estadística europea, Eurostat, España se aleja cada vez más de Europa en materia salarial.

Y esto ocurre cuando todo parecía indicar que el desarrollo económico y social de España en las últimas décadas hubiera tenido que acercarnos más a la media de la UE en materia de salarios. La realidad es que la retribución media de los españoles no sigue el ritmo de crecimiento de los sueldos que marca la UE, impulsados por los países bálticos, Hungría, Rumanía o Polonia. El sueldo medio español es 6.100 euros más bajo que la media de la UE, una brecha del 15,3 % que, lejos de reducirse, no ha parado de aumentar en los últimos 15 años.

Pese a todo, España se sitúa en la mitad alta de la tabla de países con sueldos más elevados, concretamente en el undécimo puesto de país por salario medio, dentro de una lista encabezada por Luxemburgo (82.969 euros brutos anuales) seguido por Dinamarca (71.565) e Irlanda (61.051) Bélgica (59.632) Austria (58.600) Alemania (53.791) Finlandia (49.428) Suecia (46.525) y Francia (43.790).

En el análisis que nos ocupa y por no remontarnos a tiempos lejanos, nos fijamos en el primer cuarto del siglo XXI que llevamos de existencia y en él encontramos dos tramos definidos en cuanto a la evolución de los salarios en España se refiere. Tres acontecimientos significativos contribuyeron a que los salarios se dispararan en España durante la primera década del siglo: la llegada del euro, el boom económico de los años 2000 y la burbuja inmobiliaria. En 2009 la retribución en España prácticamente alcanzó la paridad con la europea (26.169 euros brutos ajustados a jornada completa en España cuando en el conjunto de la UE era de 26.384). Pero esos años de bonanza se acabaron, llegó la gran crisis financiera de 2008 y trajo una devaluación salarial en el país de hondo calado. Entre 2009 y 2020, el sueldo medio en España solo creció un 6,4 % (unos 1.675 euros más al año) Mientras que el promedio en la UE, en el mismo periodo, aumentó un 23,2 % (unos 6.131 euros más al año) Con lo que se volvió a abrir y agrandar la brecha salarial entre España y Europa.

Los datos son elocuentes y ponen de manifiesto el gran desequilibro que hay entre las rentas del capital y las rentas del trabajo. Desequilibrios que generan grandes desigualdades y una situación precaria en la que vive una gran parte de la sociedad española. La gran bonanza de la macroeconomía del país no se refleja en los bolsillos ni en la vida diaria de muchos españoles. Los bajos salarios no permiten salir de la pobreza. Los nuevos pobres ya no son solo las clases humildes, también lo son parte de las clases medias, aquellos quienes aun teniendo un trabajo cobran sueldos de 1.500 euros o inferiores, que son muchos.

Los expertos en economía y sociología reconocen que la situación de millones de españoles ha cambiado, y que ese cambio tiene que ver con los bajos salarios que permanecen estancados, mientras suben los precios, afectando directamente a la capacidad de ahorro y de subsistencia. El ya mencionado estudio de Eurostat aporta un dato llamativo: España es el tercer país de la UE con una mayor tasa, el 11,2 %, de trabajadores en riesgo de pobreza, cuando la media de la UE está en el 8,2 %. En el mismo sentido, otro informe de Cáritas señala que 4,3 millones de personas se encuentran en situación de exclusión social severa en España, el doble de las que había en 2007.

Los citados datos sobre desigualdad y pobreza generan y extienden la sensación de que la mejora económica no se traslada al bolsillo de los trabajadores y de los ciudadanos. Economistas y ciudadanos están convencidos que el crecimiento español no es equitativo y que el capital y las rentas empresariales se llevan más de lo que les correspondería, siendo así que las rentas salariales salen perjudicadas en el reparto del Producto Interior Bruto (PIB) que se ha incrementado casi un 15 % en cuatro años, creciendo tres veces más rápido que la media de la Eurozona.

El resultado es que el sentimiento del ciudadano español de a pie roza el pesimismo en cuanto a la economía. El encarecimiento de la cesta de la compra, los bajos salarios casi estancados por años, el exagerado alto coste de la vivienda que en algunos casos y zonas llega a alcanzar hasta el 60 % de los ingresos de un trabajador, y el deterioro de los servicios públicos que está poniendo en entredicho el Estado de bienestar, explican el desaliento y hasta la desesperanza de muchos ciudadanos.

El escudo social diseñado y puesto en marcha por el Gobierno que, entre otras cosas, incluye las prestaciones por desempleo y el incremento del salario mínimo interprofesional que ha crecido un 60 % en los últimos cinco años, ha contribuido a que la precariedad no escale, pero no ha alcanzado a reducirla. La responsabilidad apela a la implicación de todas las instituciones y agentes sociales en la búsqueda de soluciones a esa realidad que nos perturba.

El loable crecimiento de la macroeconomía española no ha logrado corregir la precarización de la ciudadanía de a pie. Es preciso incrementar significativamente los salarios, fomentar la inversión social y fortalecer el papel protector del Estado, así como establecer un sistema fiscal progresivo más justo que aumente la capacidad redistributiva. Entendemos que estas son algunas de las claves contra la pobreza y la desigualdad, acercando las percepciones económicas a la realidad social.

Les dejo con ENRIQUE IGLESIAS/SÚBEME EL SALARIO/ HASSAM/ Parodia por Rogelio Pataquiva:

https://www.youtube.com/watch?v=pleKGYf37pc

Aguadero@acta.es

© Francisco Aguadero Fernández, 14 de noviembre de 2025

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