De Guinea Ecuatorial a la DANA de Valencia: Javier Malmierca, salmantino voluntario de Bomberos Unidos Sin Fronteras que ayuda de forma completamente altruista

La vocación de ayudar a menudo exige un sacrificio invisible que se mide en el bien más preciado: el tiempo. Javier Malmierca García, bombero de la Diputación de Salamanca y voluntario de Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF), lo sabe bien. Su historia personal pone rostro al sacrificio silencioso que define el voluntariado, pero su experiencia es también el reflejo de una realidad mucho más amplia. Una organización que, más allá de su nombre, agrupa no solo a bomberos, sino a una red de sanitarios y profesionales de diversos campos unidos por una misma vocación: entregar su tiempo y conocimiento de forma altruista allí donde más se necesita, ya sea en una catástrofe internacional o en la acción social más cercana.

Para Javier, una de las misiones de cooperación que tiene siempre presente fue la que le llevó a estar varios meses en Guinea Ecuatorial y que se tradujo en una deuda personal mucho más larga. "Estuve durante unos dos o tres años devolviendo guardias", explica con naturalidad, revelando el peaje que supone compaginar su trabajo con una labor humanitaria que no entiende de fronteras.

Este compromiso extraordinario es la base del funcionamiento de la organización. "Tenemos que pedir permisos de las guardias nuestras, que tenemos que devolverlos después para poder hacer estos servicios", detalla. Mientras que una intervención de emergencia en una catástrofe, que suele durar unos siete u ocho días, puede gestionarse con cambios y días libres, los proyectos a largo plazo se pagan con el propio tiempo, hora a hora.

Su entrada en BUSF fue fruto de una casualidad que se convirtió en un pilar en su vida. En 2011, la organización celebró un gran simulacro nacional en Béjar. Un compañero le invitó a participar como figurante y la experiencia le marcó profundamente. "Me encantó y, vamos, que el mismo día ese ya pedí información y al día siguiente me acuerdo yo que ya me hice voluntario", recuerda. Lo que comenzó como una curiosidad se transformó en un compromiso firme que le ha llevado a actuar en múltiples frentes.

Intervenciones en grandes emergencias: de la DANA a Turquía

El nombre de Bomberos Unidos Sin Fronteras resuena con fuerza tras las grandes catástrofes, donde su capacidad de respuesta rápida es crucial. Aunque Javier no ha participado en todas, destaca el despliegue constante de sus compañeros. La organización ha estado presente en terremotos devastadores como el de Haití y, más recientemente, en los seísmos de Turquía y Marruecos.

La ayuda no solo se presta en el extranjero. En España, la intervención durante la DANA fue especialmente significativa, movilizando a un gran número de voluntarios. "Fuimos bastantes de todas las sedes, se fue en varias tandas", señala Malmierca, subrayando la coordinación y el esfuerzo colectivo que implicó aquella emergencia nacional. "Gracias a Dios, aquí grandes catástrofes no ha habido y que no haya", añade, pero la organización siempre está preparada para actuar.

En la Dana Valencia

Proyectos humanitarios que transforman realidades

Más allá de la respuesta a emergencias, el sacrificio personal de voluntarios como Javier es el motor que impulsa una amplia red de proyectos humanitarios a largo plazo. La dimensión internacional es la seña de identidad de BUSF, con actuaciones constantes en zonas vulnerables. Entre sus proyectos más recientes destacan:

• Ayuda de emergencia: Envío de medicamentos y material sanitario a las zonas afectadas por el huracán Melisa.
• Acceso a agua potable: Instalación de una potabilizadora portátil en numerosos puntos de Hispanoamérica para garantizar el suministro donde es más necesario.
• Formación especializada: Cursos impartidos por especialistas en países como Perú, donde acaban de realizar formaciones sobre incendios de interiores y rescate en altura.
• Donación de material: Entrega de vehículos retirados en España, como los camiones de bomberos que "se han llevado a Nicaragua los últimos".
• Construcción de viviendas: Un ambicioso proyecto para construir casas para personas sin recursos en Ecuador, que requiere tanto financiación como la presencia de voluntarios.
• El compromiso en casa: la acción local de BUSF en Salamanca

La labor de la organización tiene también un impacto directo y constante en Salamanca. "Bomberos Unidos Sin Fronteras está colaborando desde hace ya cinco años con el comedor de los pobres de aquí de Salamanca", afirma el voluntario. Esta ayuda se materializa en una donación mensual y en la participación activa de sus miembros sirviendo comidas y cenas, incluyendo la organización de la cena de Navidad.

El compromiso local también abarca el ámbito educativo. La organización colabora estrechamente con el colegio de Armenteros, donde cada año impulsan una campaña de recogida de material escolar y juguetes para niños sin recursos. Además, Malmierca ha desarrollado por iniciativa propia un taller de "pequeños bomberos", una actividad lúdica y formativa que ha llevado a varias localidades de la provincia como Beleña o Los Santos. "Es un taller que habla sobre los bomberos, hago un taller con cascos de bomberos hechos recortados y se los pintan, es la creatividad que los niños disfrutan", comenta.

Taller pequeños Bomberos en la provincia de Salamanca

Un llamamiento a la colaboración: "Cada donación se emplea en quien lo necesita"

El motor de Bomberos Unidos Sin Fronteras es la solidaridad, y esta no es exclusiva de bomberos o sanitarios. Javier Malmierca hace un llamamiento a la sociedad para que se sume a su causa, ya que cada aportación es fundamental. "Se puede participar hasta con una simple donación de cualquier cantidad, aunque sean 10 euros, 50 euros, 40, 20", insiste, dejando claro que cada euro recibido tiene un destino finalista y transparente.

"Va todo al mismo sitio, no es un dinero que se va perdido. Se emplea siempre en el beneficio de alguien que lo necesita, bien sea en España o sea en el extranjero", concluye. Un mensaje que busca concienciar sobre la importancia de la colaboración ciudadana para que, desde Salamanca, se pueda seguir construyendo un mundo más seguro y justo.