FOTOS | Ocho medallas mundiales para el taichí de Salamanca y una petición de apoyo institucional: "Nos gustaría que nos reconocieran más"

La delegación charra del centro de promoción Wudang Wushu de Salamanca (España) ha regresado del VIII Torneo Mundial de Wudang (China) con un balance que roza la excelencia: ocho medallas y la convicción de que el trabajo realizado durante todo el año ha dado sus frutos. Al frente de la expedición, el maestro Luis Miguel Solórzano, de la Asociación de Taiping en Salamanca, valora un resultado que no solo confirma el alto nivel técnico del equipo, sino que también pone de manifiesto una asignatura pendiente: la necesidad de un mayor reconocimiento institucional.

El campeonato, un evento de escala global que ha congregado a 2.000 participantes de 32 países, ha sido el escenario donde el equipo salmantino ha demostrado su valía. "El desempeño del equipo ha sido maravilloso desde el minuto uno", ha afirmado Solórzano, quien ha calificado la actuación de sus pupilos con un sobresaliente. La concentración y la cohesión han sido claves para enfrentarse a un entorno de máxima exigencia, donde cada competidor buscaba la victoria.

El medallero refleja un éxito colectivo e individual notable. El equipo, compuesto por cinco miembros, ha subido al podio en múltiples ocasiones, demostrando una gran versatilidad y preparación en las distintas categorías. Los resultados han sido los siguientes (una de oro, cuatro de plata y tres de bronce):

• Inma: medalla de oro y medalla de plata.
• Álvaro: medalla de plata y medalla de bronce.
• Agustín: medalla de plata.
• Cristian: medalla de bronce.
• Luis Miguel Solórzano: dos medallas de plata.

Para el maestro, competir junto a sus alumnos ha supuesto una experiencia compleja y enriquecedora. Lejos de verlo como una rivalidad, lo ha enfocado como un desafío personal. "He competido un poco contra mí mismo, contra esos miedos, contra esa sensación de que te está mirando un montón de gente", ha explicado. Lograr dos platas junto a ellos ha sido una forma de demostrar que todos avanzan en la misma dirección. "Es una manera muy fácil también de entender que el maestro está guiando bien a los alumnos, y compartirlo con ellos, dos platas, para mí me hace muy satisfactorio", ha añadido.

Una petición de mayor reconocimiento

Tras el éxito deportivo, emerge una reivindicación clara. Solórzano ha lamentado la falta de apoyo por parte de las instituciones locales, provinciales y autonómicas, una situación que, según ha comentado, se ha prolongado durante años. La petición no se centra únicamente en el aspecto económico, aunque ha recordado que los viajes y los costes asociados son sufragados por cada participante, sino en el reconocimiento del esfuerzo y la representación de la ciudad.

"Nos gustaría que las instituciones o las entidades nos reconocieran un poquito más", ha solicitado el maestro. La ayuda podría materializarse en aspectos como la uniformidad del equipo, por ejemplo, con un chándal oficial que identifique a la delegación. Sin embargo, el fondo de la cuestión es el respeto. "Más que nada, para que respeten un poco también a las personas que participan. El respeto hacia los alumnos y la gente que representa y que va con esa ilusión, yo creo que solamente con eso tendrían que dar un poquito más la cara", ha subrayado.

El impacto de estos resultados, espera Solórzano, debería servir para visibilizar la seriedad y el nivel de la escuela en Salamanca, que actúa como representante oficial en España del centro de promoción de Wudang. "El impacto yo creo que tendría que ser importante, y de hecho, lo está siendo", ha concluido con optimismo.

Nuevos retos en el horizonte

El equipo no descansa y ya tiene la vista puesta en sus próximos objetivos. El más inmediato es un curso que se celebrará del 27 al 30 de este mes en el polideportivo de Tejares, impartido por un maestro llegado directamente desde Wudang. A medio plazo, los planes son aún más ambiciosos.

En octubre de 2026, la delegación volverá a viajar a Wudang para representar de nuevo a Salamanca y España, con el objetivo de "por lo menos igualar lo que hemos hecho ahora, y si lo podemos mejorar, pues estupendo". Además, ya se prepara la participación en el noveno torneo mundial el próximo año, donde esperan acudir con un equipo renovado y posiblemente más numeroso.

A pesar de la ambición competitiva, Solórzano ha querido destacar la esencia de su disciplina. Para él, el mayor premio no son las medallas, sino la experiencia vivida. "Lo más bonito es estar allí, compartir el evento con tanta gente, con tantos maestros, con la élite mundial. La verdad que eso para mí ya es suficiente, es el mejor trofeo que he podido sacar", ha sentenciado.