El jugador del Valladolid Promesas, cedido en el Helmántico en la 24/25, ha hablado sobre su recuperación de una lesión, su cariño por la ciudad y sus deseos de ascenso para su exequipo
El destino, a veces, tiene sus cosas. Para Yago Rodríguez, jugador del Real Valladolid Promesas, ese sentido se ha manifestado en forma de un calendario caprichoso. Tras dos meses y medio en el dique seco por una fractura en el quinto metatarsiano de su pie, el futbolista ha recibido el alta competitiva justo en la semana en la que su equipo se mide al Salamanca UDS, el club que fue su casa la temporada pasada.
La lesión se produjo en el cuarto partido de pretemporada, contra el Numancia en Soria. “En una jugada me dan una patada, piso mal y me rompo el quinto meta”, ha relatado el propio jugador en la entrevista. Un contratiempo que le ha mantenido alejado de los terrenos de juego durante un periodo que se ha hecho eterno, pero que ha culminado de la forma más simbólica posible. “Se alineó todo para volver contra el Salamanca, que la verdad que ya era una semana bonita, pero con esto aún más”, ha confesado con una mezcla de alivio y expectación.
Este parón forzoso no ha sido el primero para Yago. La pasada campaña, vistiendo la camiseta blanquinegra, ya sufrió dos lesiones importantes que marcaron su rendimiento. La repetición de un escenario similar, justo cuando se encontraba a un buen nivel, ha supuesto un duro golpe a nivel anímico. “Es jodido, la verdad, porque ya el año pasado también me lesioné justo a principio de temporada, y las dos veces con una lesión tan larga y que me jodió 8, 9 o 10 partidos, pues es jodido”, ha admitido.
Sin embargo, esta vez ha afrontado el proceso de recuperación con herramientas diferentes. La experiencia previa le enseñó la importancia de cuidar la salud mental, un aspecto que a menudo queda en un segundo plano en el deporte de élite. “Trabajando un poco con mi familia y con psicólogo, que ya empecé el año pasado a trabajarlo sobre todo, mucho, y bien, la verdad, o sea, lo mejor que se puede llevar”, ha explicado sobre cómo ha gestionado la frustración y la incertidumbre de estos meses.
A pesar de que su etapa en el Helmántico estuvo marcada por los problemas físicos, Yago Rodríguez guarda un recuerdo excepcional de la ciudad y del club. Su conexión va más allá de lo profesional, con lazos personales que le hacen regresar a la capital charra siempre que tiene ocasión. “El recuerdo en la ciudad y el equipo es muy bonito. Yo tengo aquí a mis amigos en Salamanca, vengo mucho a Salamanca y tengo a mi novia también en Salamanca”, ha señalado.
Ese cariño se extiende a sus excompañeros, con los que mantiene un contacto fluido. A lo largo de la semana, los mensajes han sido una constante. “Ya he hablado con alguno, porque la verdad que tengo amigos en Salamanca. Hablé con Cristeto, por ejemplo, hablé con Murua. Después está Jon, también que hablo bastante, está Souley… o sea, me hablo un poco con todos”, ha comentado, demostrando que las amistades forjadas en el vestuario perduran.
De cara al partido del fin de semana, Yago ha querido diferenciar claramente los objetivos de ambos conjuntos. Mientras el Salamanca UDS está construido con la presión y la casi obligación de ascender, el Valladolid Promesas tiene una meta formativa. “El Salamanca, al fin y al cabo, es un club histórico que buscará el ascenso, me imagino, y nosotros somos un filial. Lo más importante para nosotros es la formación y poder llegar al primer equipo”, ha matizado con madurez.
Esta visión no le impide ser competitivo, pero sitúa el resultado en un contexto diferente. “Obviamente a todo el mundo le gusta ganar, ojalá estar lo más arriba posible, pero no todo nuestro objetivo es ese. Es formarnos y ver si, ojalá, llegamos muchos a Primera División y al fútbol profesional”, ha añadido, dejando claro el propósito fundamental de un equipo filial.
Como buen conocedor del club, Yago sigue de cerca la actualidad del Salamanca UDS. Aunque considera que la plantilla de la temporada pasada podía tener más nivel individual, no ha dudado en deshacerse en elogios hacia el actual cuerpo técnico. “Este año con Jorge, que es un pedazo de entrenador… el cuerpo técnico es una barbaridad. A mí me cogieron los últimos cinco o seis partidos y es una barbaridad la idea que tienen de fútbol. Ojalá nos hubieran cogido antes el año pasado...”, ha afirmado con rotundidad el zaguero después de que Jorge García salvase al equipo ante los malos resultados cosechados por Rafa Dueñas.
Para el exblanquinegro, la clave del equipo actual es la solidez y la claridad de ideas. “Yo los veo muy sólidos, que tienen clara la idea de juego que tienen que hacer y me gusta cómo juegan. Será de las plantillas con más nivel de la categoría seguro”, ha analizado. Su afecto por el club le lleva a desearles lo mejor, incluso si compiten en la misma categoría. “Con los conceptos que tienen, con el fútbol que entienden, yo creo que van a estar arriba y ojalá asciendan. Por mí, ojalá asciendan, ojalá queden primeros si no podemos serlo nosotros”, ha sentenciado.
El futuro es incierto, pero Yago no cierra ninguna puerta, y menos la de un posible regreso. Su conexión con la ciudad es tan fuerte que volver a pisar el Helmántico es un sueño recurrente. “Ojalá algún día pueda volver a Salamanca a jugar. Tengo unas ganas terribles de jugar, ya sea como local, como visitante o como sea”, ha concluido, dejando una declaración de amor a una ciudad y a un club que, a pesar de las lesiones, le han dejado una huella imborrable.