Nuevas incoherencias del reglamento de fútbol

Las normas reglamentarias del fútbol impiden que los futbolistas jueguen con cordones al cuello, cadenas, y otros objetos que pudieran dañar a los participantes. De hecho, hasta los pelos largos pudieran exhibir esas melenas al viento que pudieran perjudicar a los contrarios.

Curiosamente, observamos que en los partidos de mujeres éstas lucen trenzas y pelos muy largos recogidos por detrás como “colas de caballo” y las Reglas se lo permiten sin cortapisas. Tampoco sería plato de buen gusto observar a las féminas todas rapadas con esos “graduados” de sus “cabecitas” tan poco afortunados que en los últimos tiempos lucen todo “chirriburri”…

La Regla 4 – Equipamiento del jugador, estipula que un jugador no puede usar objetos peligrosos, incluyendo joyas u elementos que puedan hacer daño a los jugadores. A los hombres con melenas largas se les obligaba a recoger su pelo precisamente para evitar lesiones por tirones o enganches involuntarios. Lo que tenía sentido en contextos donde el cabello largo podía “atraparse” en la camiseta, manos o incluso botas del rival.

Casualmente, existe una diferencia práctica con las mujeres. En los partidos femeninos se permite el cabello largo siempre que esté recogido de forma segura: trenzas, colas de caballo, moños ajustados… Esto se considera seguro porque el pelo está controlado y no representa un riesgo de engancharse o dañar a otros jugadores. La regla prioriza la seguridad, no la estética ni la longitud del cabello “per se”.

La normativa no hace distinción explícita por sexo, es una regla neutral, cita “objetos peligrosos” y “equipamiento inapropiado”. No establece diferencias de género; la interpretación práctica depende del riesgo real. Eso sería lo lógico y no hablar de un Reglamento para hombres y otro para mujeres.

En resumen, yo entiendo que una vez más aparece una nueva incoherencia en el Reglamento, el cambio de criterio no es tanto un cambio de Reglas sino de evaluación de riesgo. El pelo largo sí puede ser peligroso, pero favorecen a las féminas con la triquiñuela de “que el pelo esté bien sujeto”. Pero el mismo criterio, entonces, debe aplicarse para los hombres. Sin más.