La microbióloga y Premio Nobel de Química ha sido investida doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca. En su discurso ha defendido la necesidad de invertir en los jóvenes investigadores y ha reivindicado el papel de la ciencia y el pensamiento crítico para afrontar los grandes desafíos globales.
La solemne ceremonia ha tenido lugar en la mañana de este viernes en el Paraninfo de las Escuelas Mayores, donde Charpentier ha expresado su agradecimiento. "Este doctorado honoris causa es más que un hito personal: es un recordatorio del poder perdurable del conocimiento para conectarnos a través del tiempo, el lenguaje y la disciplina", afirmó la bioquímica francesa, quien se mostró emocionada por la distinción.
Durante su intervención, la nueva doctora describió los "profundos desafíos" a los que se enfrenta el mundo. En el ámbito de la salud, mencionó las "grandes revoluciones como la edición genética y la inteligencia artificial", pero también advirtió sobre amenazas como "las pandemias, la resistencia a los antimicrobianos y las desigualdades" en el acceso sanitario, que exigen "innovación, compasión y cooperación".
Charpentier también abordó los retos en agricultura y medio ambiente, subrayando la necesidad de alimentar a la población mundial de forma sostenible y de "restablecer el equilibrio de los sistemas naturales". Para ello, advirtió, "la ciencia por sí sola no puede resolverlos, se requiere valentía en las políticas, creatividad en la economía y un compromiso ético compartido por todas las sociedades".
Emmanuelle Charpentier dedicó una parte importante de su discurso a defender la financiación de la ciencia y el apoyo a las nuevas generaciones. "Si queremos un futuro científico dinámico debemos invertir en su estabilidad, creatividad e integridad", aseguró. A ellos les dirigió un mensaje directo: "no teman lo desconocido. No es su enemigo, es su mejor maestro".
La genetista les animó a ser curiosos, amables, rigurosos e imaginativos. "Recordad que el éxito no se mide solo por el reconocimiento, sino por la contribución. Tanto si vuestro trabajo cambia el mundo como si simplemente profundiza en el conocimiento, tiene valor", concluyó, pidiéndoles que protejan siempre su "sentido de la maravilla".
En su discurso no faltó la referencia a su descubrimiento más conocido, el mecanismo CRISPR-Cas9, también conocido como las "tijeras moleculares". Charpentier explicó que esta herramienta de edición del genoma se ha convertido en "una tecnología revolucionaria y transformadora en las ciencias de la vida, la medicina y la agricultura".
Actualmente, detalló, se está utilizando para "comprender los mecanismos de la vida, corregir defectos genéticos, combatir enfermedades y, potencialmente, desarrollar sistemas alimentarios más sostenibles". Precisamente, su padrino en la ceremonia, Alberto M. Pendás, recordó que ya se ha aprobado el primer tratamiento clínico basado en esta tecnología para la anemia de células falciformes.
El rector de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel Corchado, elogió la trayectoria de la investigadora, destacando que "su ejemplo nos recuerda una verdad esencial: el auténtico progreso nace de la curiosidad sin cálculo". Para Corchado, fue su "valentía intelectual" la que, "sin preverlo, abrió nuevas fronteras para la humanidad".
El rector insistió en que, con este acto, la USAL no solo concede un título honorífico, sino que la reconoce "como parte de su comunidad intelectual y moral". Su nombre, añadió, "se inscribe desde ahora en la historia de esta institución junto al de quienes dedicaron su vida a ampliar los límites del entendimiento humano".
El padrino de la ceremonia e investigador principal del Centro de Investigación del Cáncer (CIC), Alberto M. Pendás, fue el encargado de realizar la laudatio. En ella, describió la carrera de Charpentier como "una mezcla de curiosidad, disciplina, independencia, inteligencia y determinación".
Pendás subrayó que la nueva doctora "encarna los valores que toda universidad debe promover: el conocimiento, la innovación y el bienestar social". Además, destacó su figura como inspiración, "especialmente para que las mujeres crean en su capacidad de convertirse en protagonistas de la ciencia". El acto ha coincidido con el vigésimo quinto aniversario del Centro de Investigación del Cáncer, institución que propuso a Charpentier para este reconocimiento.