La comitiva se detuvo en la Plaza Mayor para cubrir la imagen con un plástico protector y evitar daños.
Fotografías: Rubén Vicente García
Este miércoles, 22 de octubre, Alba de Tormes ha vivido el último acto solemne de sus fiestas teresianas con la tradicional procesión de regreso de la imagen de Santa Teresa de Jesús a su clausura en el convento de la Anunciación de las Madres Carmelitas.
El desfile procesional partió con normalidad, acompañado por numerosos fieles y autoridades locales que seguían el paso de la Santa por las calles de la localidad. Sin embargo, a su llegada a la Plaza Mayor, una persistente lluvia comenzó a caer sobre la villa ducal, generando una lógica preocupación entre los organizadores y portadores de la talla.
Ante el riesgo de que el agua pudiera causar daños en la policromía y la estructura de la image se tomó la rápida decisión de detener la marcha. La comitiva se refugió bajo los soportales de la plaza, en una escena que captó la atención de todos los presentes. Allí se decidió cubrir la imagen con un gran plástico protector, asegurando que quedara completamente resguardada de la lluvia antes de reanudar el camino hacia el convento.

La parada no programada se convirtió en un momento de especial intensidad. La insólita estampa de la Santa resguardada bajo los arcos del ágora albense quedará como una de las anécdotas de estas fiestas patronales.
Una vez que la imagen estuvo debidamente protegida, la procesión se reanudó, aunque con un ritmo más ligero para evitar una exposición prolongada a las inclemencias del tiempo. El cortejo completó el último tramo del recorrido hasta la iglesia del convento de la Anunciación, donde la imagen fue recibida con aplausos.

Con la entrada de la imagen de Santa Teresa en su lugar de culto habitual, Alba de Tormes pone fin a sus fiestas patronales de 2025. Durante más de una semana, la localidad ha sido el epicentro de la devoción teresiana con un amplio programa de actos religiosos, culturales y lúdicos.