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"Insiste, las veces que sean necesarias", advierte la salmantina que superó un cáncer de mama
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DÍA MUNDIAL DEL CÁNCER DE MAMA

"Insiste, las veces que sean necesarias", advierte la salmantina que superó un cáncer de mama

Actualizado 19/10/2025 09:07

La empresaria María José Aguilar comparte su historia de superación, una década después de ser diagnosticada con un tumor agresivo, y reivindica más recursos para la investigación y el diagnóstico

Este domingo, Salamanca se suma al Día Mundial contra el Cáncer de Mama, una jornada global de concienciación establecida para recordar el compromiso de toda la sociedad en la lucha contra esta enfermedad. Se trata de una fecha para visibilizar la importancia de un diagnóstico y tratamiento oportunos, una realidad que para María José Aguilar, salmantina, madre y gerente de empresa, cobró un significado vital hace exactamente diez años.

En 2015, con 43 años, su vida atravesaba un momento personal complejo. "Un divorcio reciente, la muerte de mi padre y otros muchos problemas, como tantas personas en el día a día", recuerda. Fue en ese contexto donde comenzaron a manifestarse los primeros síntomas de la enfermedad.

Durante dos años, su cuerpo le envió avisos. "Pérdida de peso, prolactina por las nubes, dolor de pecho", detalla. A pesar de pasar revisiones anuales en la sanidad privada, donde se indicaba un control exhaustivo pero sin alertas especiales, la causa real de su malestar no era identificada. Su entonces ginecólogo, cuenta, "achacaba todos esos problemas a mi situación personal".

Un diagnóstico tardío: "Si sabes que algo no va bien, insiste"

La insistencia de María José fue clave. "Llegó el momento en el que mi cuerpo no podía más, y ya con complejo de hipocondríaca, le pedí más pruebas y una exploración que ni siquiera había hecho en esos meses", explica. De esa experiencia extrajo una enseñanza fundamental que hoy comparte como un consejo vital para otras personas.

"Sea Sanidad privada o pública, si sabes que algo no va bien insiste, las veces que sean necesarias, pero insiste", subraya. Esa perseverancia condujo finalmente al diagnóstico que daría comienzo a su "particular infierno": un cáncer agresivo, un tumor de gran tamaño y una probabilidad de supervivencia de apenas el 20 % al año.

Una lucha contra los porcentajes

Con dos niños pequeños y tras recabar varias segundas y terceras opiniones que confirmaron la gravedad del diagnóstico, comenzó una batalla médica y personal. "Siempre fui 'exquisita' para los porcentajes en los diagnósticos, y cada proceso se complicaba", relata. El camino incluyó un duro tratamiento de quimioterapia, seis intervenciones quirúrgicas y radioterapia. Cada etapa fue, en sus propias palabras, "una lucha contra los porcentajes".

Sin embargo, en medio de esa adversidad, encontró la fuerza en el apoyo de su entorno. "En medio de esos porcentajes se cruzó lo mejor: el amor y el cariño de las personas que te quieren, que te hacían sentir entre tanto dolor como si estuvieras entre algodones", afirma con gratitud. Menciona especialmente a su familia, sus amigos incondicionales, su equipo de trabajo y, sobre todo, a sus hijos, "que a día de hoy me siguen dando lecciones de vida".

"Nuestros ángeles de la guarda"

María José dedica un reconocimiento especial al equipo médico y sanitario que la acompañó durante todo el proceso, a quienes define como "nuestros ángeles de la guarda". Pone nombre a esa gratitud, destacando a Marta, "la enfermera que era una auténtica madre", y a los doctores Emilio Fonseca, César Rodríguez y Jaume Masiá, de quien dice que "obró el milagro de lo imposible".

Gracias a ellos y a su propia fortaleza, hoy puede decir: "Y 10 años después, sigo aquí. Aunque en mi cabeza, a veces, el tiempo no ha pasado, pero aquí estoy". Su historia es un testimonio del avance de la medicina, pero también un recordatorio de todo lo que queda por hacer.

La reivindicación de más recursos para investigación

Una década después, María José reconoce que los tratamientos han evolucionado. "Hoy en día y gracias a médicos e investigadores, los tratamientos son menos agresivos, hay innumerables ensayos clínicos, pero queda mucho trabajo por hacer", advierte. Su mensaje es una llamada a la acción para que se destinen más recursos no solo al tratamiento, sino a todas las fases de la enfermedad.

Reclama más inversión "para diagnósticos, tratamientos y para lo que viene después, porque el cáncer no acaba con el final del tratamiento". Se refiere a las revisiones constantes, las pruebas y las "cicatrices que marcan tu cuerpo para siempre". En su caso, asegura, ha aprendido a convivir con ello y a sentirse "incluso afortunada".

Su recuerdo se dirige también a quienes no pudieron superar la enfermedad. "Sonia, Lourdes, Nuria… A todas ellas les debemos más recursos en investigación". Es por ellas, y por todas las futuras pacientes, por lo que su testimonio cobra una fuerza especial en vísperas del 19 de octubre.

Su mensaje final es un anhelo universal y una exigencia a la sociedad: "Para que cada vez podamos contar con 10 años más".