El escritor y colaborador SALAMANCArtv AL DÍA ha presentado su nueva obra arropado por Antonio Colinas y Asunción Escribano
El escritor y colaborador de SALAMANCArtv AL DÍA, José Luis Puerto, ha presentado en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo su nueva obra, 'Iluminar los días'. El libro, editado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, es una cuidada recopilación de artículos periodísticos que traza un puente entre lo particular y lo universal, muchos de ellos publicados originalmente en las páginas de este medio. En el acto, Puerto ha estado arropado por dos figuras esenciales de la literatura española: el poeta Antonio Colinas y la escritora y profesora Asunción Escribano.
La presentación ha comenzado con un profundo sentimiento de gratitud por parte del autor. Puerto ha dedicado sus primeras palabras a agradecer a la Fundación Salamanca, a su director y al equipo de edición, así como a sus acompañantes. "Antonio siempre ha sido un verdadero maestro para mí", ha confesado, recordando además el cincuentenario de 'Sepulcro en Tarquinia', una obra que ha calificado como "decisiva" y "uno de los libros más hermosos de la poesía española". Del mismo modo, ha elogiado a Asunción Escribano, a quien ha descrito como "una creadora fina, exquisita, espiritual" y una de las personas que más atentamente ha seguido su trayectoria poética a lo largo de los años.
José Luis Puerto ha explicado que el proceso de reunir los textos para 'Iluminar los días' ha sido "azaroso hasta cierto punto", debido a la dificultad de localizar y fechar todos los artículos publicados desde los años 90 en diversas ediciones, tanto en papel como digitales. Ante este reto, ha optado por un criterio de selección temático, buscando un hilo conductor que ha definido su escritura periodística: la conexión entre lo cercano y lo global.
El autor ha articulado su método en torno al neologismo 'glocal', un concepto que busca trenzar lo particular con lo universal. "He querido ir hilvanando en lo local, lo particular con lo universal", ha señalado Puerto. Para él, esta simbiosis es fundamental, ya que "en lo local está lo universal, y lo universal a veces se produce también desde lo local". Esta filosofía impregna cada página del libro, demostrando que las grandes verdades a menudo residen en los detalles más pequeños y cercanos.
Para ilustrar esta idea, ha compartido un descubrimiento personal que realizó en la Sierra de Francia. "En Gonzalo, en uno de los costados de la Peña de Francia, yo descubrí en su momento que había en una ladera (...) toda una serie de eras empedradas, un conjunto de más de 30 eras empedradas, que parece una textura romana", ha relatado. Este patrimonio campesino, aparentemente modesto, le ha permitido trazar una línea directa con los historiadores latinos. "Una cosa aparentemente local que está ahí abandonada, que no tiene ninguna importancia, la tiene. Es decir, porque ya vemos una raíz antigua, una raíz clásica", ha subrayado.
El pilar fundamental que sostiene la mirada de José Luis Puerto es, sin duda, el humanismo. Lejos de considerarlo una reliquia del pasado, el autor lo ha reivindicado como una fuerza vigente y necesaria en el mundo contemporáneo. "Siempre trato de mirar todo aquello que me interesa, todo aquello que percibo, trato de iluminarlo un poco desde una óptica humanista", ha afirmado durante su intervención.
Puerto ha rechazado la visión del humanismo como una simple pieza de museo. Para él, no es una mera "arqueología" o la síntesis renacentista de la tradición clásica y cristiana. Al contrario, ha defendido que "el humanismo es un organismo vivo, de Europa y de la cultura universal". En su concepción, esta perspectiva se ha ido enriqueciendo a lo largo de los siglos con las aportaciones de los ilustrados, los románticos y las vanguardias del siglo XX, conformando un cuerpo de pensamiento dinámico y en constante evolución.
Esta defensa del humanismo, que ha calificado como "una de las grandes aportaciones de Europa a la cultura universal", se convierte en el faro que guía los artículos recogidos en 'Iluminar los días'. La obra no solo invita a redescubrir el patrimonio y la cultura local, sino que también propone una forma de mirar el mundo que pone en valor la dignidad humana, el conocimiento y la belleza como herramientas para comprender nuestra realidad.
Finalmente, en un momento cargado de emoción, el autor ha querido dedicar su intervención a un amigo presente en la sala. "Quiero especialmente recordar hoy, quizá dedicarle mi intervención de hoy a Eduardo, porque está viviendo desde junio pasado un trance muy duro, y entonces, pues, quiero transmitirle todo el ánimo", ha concluido, mostrando una vez más la profunda humanidad que caracteriza tanto a su persona como a su obra.
FOTOS: DAVID SAÑUDO