La estrategia busca que estos mamíferos se alimenten de las polillas adultas, reduciendo así la puesta de huevos y la proliferación de la plaga de forma sostenible.
El Ayuntamiento de Alba de Tormes ha puesto en marcha una nueva medida para combatir de forma sostenible una de las plagas más comunes y molestas de la región: la oruga procesionaria. Recientemente, se han instalado cajas nido de refugio para murciélagos en las zonas verdes de la urbanización El Pinar de Alba, con el objetivo de controlar biológicamente la proliferación de este insecto.
La estrategia se centra en atacar el ciclo vital de la procesionaria en su fase más temprana e inofensiva. Los murciélagos son depredadores nocturnos cuya dieta incluye las polillas adultas, que son la forma que adopta la procesionaria en verano para reproducirse.
“Los murciélagos son aliados fundamentales en la lucha contra esta plaga”, explicó Manuel Juanes, concejal de Medio Ambiente. “Se alimentan de las polillas adultas, reduciendo así la cantidad de huevos que se depositan en los pinos y cedros, y ayudan a mantener equilibrado el ecosistema urbano”.
Para entender la efectividad de esta medida, es clave conocer el ciclo de vida de la Thaumetopoea pityocampa. El control de la población de mariposas adultas es fundamental, ya que esta etapa es completamente inofensiva y carece de los peligrosos pelos urticantes.
La alcaldesa de Alba de Tormes, Concepción Miguélez, ha subrayado la importancia de tomar precauciones durante los meses en los que las orugas están activas en el suelo.
“Durante estos meses es importante extremar precauciones”, destacó la regidora. “Se recomienda mantener a las mascotas controladas y evitar el contacto directo con las hileras de orugas. Estas buscarán tierra mullida para enterrarse y transformarse en pupas, de las que emergerán nuevas mariposas en verano”.
La instalación de refugios para quirópteros no solo ataca el problema de la procesionaria, sino que también aporta otros beneficios al entorno. “Colocar refugios para murciélagos no solo contribuye a reducir las polillas, sino que también ayuda a controlar mosquitos y otros insectos molestos”, añadió el concejal Manuel Juanes.
Este proyecto se enmarca dentro de la estrategia municipal de gestión sostenible de espacios verdes, que busca combinar medidas de prevención con la promoción activa de la biodiversidad y el equilibrio natural del entorno albense.