El Gobierno regional remite al Ministerio de Hacienda un documento con 12 alegaciones contra un anteproyecto de ley que considera "injusto", fruto de un "acuerdo político" y que no soluciona el problema de la financiación autonómica
La Junta de Castilla y León ha remitido formalmente al Ministerio de Hacienda su oposición frontal al plan del Gobierno de España para la condonación de la deuda autonómica. A través de un documento que contiene 12 alegaciones, el ejecutivo regional argumenta que la medida, lejos de beneficiar a la Comunidad, perjudicará gravemente a sus ciudadanos, quienes verían aumentada su deuda per cápita en 523 euros.
El escrito ha sido registrado dentro del plazo de audiencia pública del Anteproyecto de Ley Orgánica de Medidas Excepcionales de Sostenibilidad Financiera. La Junta reitera así una postura que ya había manifestado en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera, calificando la propuesta como una decisión de carácter político sin el necesario rigor técnico ni el consenso multilateral con las autonomías.
El principal argumento esgrimido por la Consejería de Economía y Hacienda es que la norma responde a un "acuerdo político de investidura" entre dos partidos, en lugar de a una necesidad técnica real. Según el documento, la condonación es un "parche aislado" que no aborda la raíz del problema: la insuficiencia financiera estructural de las comunidades autónomas.
Para la Junta, la prioridad absoluta debe ser la reforma del modelo de financiación, caducado desde hace 11 años, para garantizar los principios de solidaridad y suficiencia de recursos en un marco de igualdad para todas las regiones.
El documento registrado detalla una docena de puntos fundamentales que sustentan el rechazo de Castilla y León a la medida. Los más destacados son:
La Junta subraya que la condonación no soluciona el problema de fondo, que es la infrafinanciación que sufre la Comunidad. Según datos del Consejo de Cuentas de Castilla y León, el déficit acumulado de financiación para la región entre los años 2009 y 2021 asciende a 6.722 millones de euros, lo que supone más de 500 millones anuales.
El ejecutivo autonómico defiende que el modelo actual no pondera suficientemente factores clave como los demográficos y territoriales, que incrementan significativamente el coste real de la prestación de servicios públicos en una comunidad tan extensa y con una población tan dispersa como Castilla y León.