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Navegando entre el Riesgo y la Oportunidad: Relaciones EE. UU.–China, Capital Privado y el Futuro de la Inversión en Asia. Un análisis de Susana de la Puente Wiese
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Relaciones EE. UU. y China, el clima de inversión

Navegando entre el Riesgo y la Oportunidad: Relaciones EE. UU.–China, Capital Privado y el Futuro de la Inversión en Asia. Un análisis de Susana de la Puente Wiese

Actualizado 24/09/2025 13:25

Las relaciones entre Estados Unidos y China siguen siendo la variable externa más importante que configura el clima de inversión en China.

La banquera de inversión peruana y exvicepresidenta de J.P. Morgan para América Latina, Susana de la Puente Wiese, detalla la relación entre China y Estados Unidos.

La historia de la inversión en Asia, particularmente en China y Hong Kong, nunca ha seguido una línea recta. Para Susana de la Puente, el panorama actual resulta tan dinámico y complejo como en cualquier otro momento de las últimas tres décadas. Lo que comenzó como una liberalización constante de la economía china a finales del siglo XX se ha transformado en un escenario marcado por las tensiones entre EE. UU. y China, marcos regulatorios cambiantes y dudas sobre la sostenibilidad de Hong Kong como centro financiero.

Relaciones EE. UU. y China, el clima de inversión

Las relaciones entre Estados Unidos y China siguen siendo la variable externa más importante que configura el clima de inversión en China. La guerra comercial de 2018–2019 fue la primera señal de que el largo periodo de integración económica relativamente estable entre ambas potencias empezaba por tocar un límite. Desde entonces, las medidas regulatorias, ya sean las restricciones de Washington a las exportaciones de semiconductores avanzados o los controles de Pekín sobre las empresas tecnológicas privadas, han introducido una nueva volatilidad en los flujos de capital transfronterizos.

La promulgación de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong en 2020 marcó un momento decisivo. No solo fue solo un giro político, sino que supuso una recalibración del perfil de riesgo de operar en Hong Kong que hasta entonces era percibido como una jurisdicción única e independiente, explica Susana de la Puente. Los inversores ahora ponderan si la promesa de “un país, dos sistemas” puede ofrecer la transparencia y las protecciones legales que históricamente diferenciaban a Hong Kong de los centros financieros del continente. Aunque la ciudad mantiene su papel como canal crítico de capital hacia China, la percepción de riesgo regulatorio se ha intensificado, especialmente para las firmas con sede en democracias occidentales.

La Resiliencia de Hong Kong como Centro Financiero

Una reflexión de Susana de la Puente sobre los desafíos y oportunidades de la ciudad.

Pocas cuestiones son tan relevantes para el futuro financiero de Asia como la capacidad de Hong Kong de mantener su posición como centro global. La ciudad prosperó durante décadas al ofrecer a los inversores internacionales una puerta de entrada confiable a China, respaldada por un sistema legal independiente, libertad de información y una moneda convertible. Hoy, cada uno de estos pilares enfrenta presión.

El papel de Hong Kong no es fácil de sustituir. Shanghái y Shenzhen están en ascenso, pero ninguna ofrece el mismo nivel de conectividad internacional ni la sofisticación de sus mercados de capital. Además, Hong Kong sigue albergando profundos reservorios de liquidez, experiencia en servicios profesionales y una masa crítica de instituciones financieras globales, detalla Susana de la Puente.

La mirada práctica sugiere que el futuro de Hong Kong puede residir en la adaptación. Si la ciudad logra equilibrar integración con autonomía y alinear su infraestructura financiera con las necesidades cambiantes de los inversores, podrá sostener su centralidad.

En este contexto, lo interesante, señala De la Puente, es que la percepción de riesgo regulatorio no siempre actúa como un freno en la inversión. Por el contrario, a menudo crea una paradoja: las mismas intervenciones políticas que generan inquietud también producen dislocaciones y oportunidades de infravaloración. Por tanto, la tarea del profesional consiste en discernir si el aumento del riesgo regulatorio responde a un fenómeno transitorio o a un obstáculo estructural.

Impulsores Psicológicos del Riesgo y la Inversión

Más allá de las estructuras y las reformas, las decisiones de inversión están profundamente moldeadas por la estadística y la psicología. En muchos casos los mercados no siempre son eficientes; con frecuencia se rigen por los miedos, sesgos y resiliencia de los actores humanos, precisa Susana de la Puente.

En China y Hong Kong, la psicología del inversor ha estado influenciada por una mezcla única de escasez, inseguridad y perseverancia. La escasez de canales de inversión confiables durante las primeras etapas de reforma generó un fuerte apetito por nuevas oportunidades. La inseguridad derivada de la incertidumbre política, las regulaciones cambiantes y los controles de capital, ha alimentado una sensibilidad mayor frente a los riesgos. Sin embargo, la perseverancia, arraigada en normas culturales y experiencias históricas, ha llevado a los inversores a mantenerse en el mercado incluso en contextos de volatilidad.

Comprender estos factores psicológicos resulta esencial para la evaluación de riesgos. La economía del comportamiento recuerda a los profesionales que el sentimiento puede amplificar tanto las burbujas como las crisis. El liderazgo bajo incertidumbre, ya sea de los responsables políticos o de los directivos empresariales, influye no solo en la confianza, sino también en la dirección de los flujos de capital. En Asia, donde las historias de crecimiento estructural siguen siendo atractivas pero los riesgos políticos y regulatorios son agudos, el sentimiento se convierte tanto en un desafío como en una oportunidad, argumenta De la Puente.

Equilibrar el Riesgo con la Oportunidad

En definitiva, el panorama de inversión en China y Hong Kong continúa siendo tan desafiante como prometedor. Las tensiones geopolíticas, los cambios regulatorios y la percepción de riesgo no eliminan las oportunidades; más bien, requieren un enfoque estratégico, informado y paciente. La resiliencia de Hong Kong como centro financiero dependerá de su capacidad para adaptarse a un entorno en transformación, mientras que la psicología del inversor seguirá jugando un papel crucial en la dinámica de los flujos de capital. Como señala Susana de la Puente, entender tanto los factores estructurales como los humanos es clave para identificar riesgos, descubrir oportunidades y tomar decisiones acertadas en un mercado donde incertidumbre y potencial conviven estrechamente.

En este contexto, los profesionales e inversores que sepan combinar análisis riguroso con comprensión del factor humano estarán mejor posicionados para capitalizar las oportunidades que surgen de la volatilidad. La clave reside en diferenciar entre riesgos temporales y obstáculos estructurales, identificar dislocaciones de valor y mantener una visión a largo plazo que integre innovación, adaptación y resiliencia. Así, incluso en un entorno complejo y cambiante, es posible transformar la incertidumbre en ventaja competitiva y contribuir al desarrollo sostenido de los mercados financieros asiáticos.