La última etapa, que partió de Nava de Sotrobal, incluyó paradas en Coca de Alba, Peñarandilla y Garcihernández, y tuvo su momento más simbólico en el Acto del Compromiso en la Cuesta Hijosa, finalizando con una Eucaristía en el Convento de las Madres.
Fotografías: Estudio Digital Francisco Cañizal
La Marcha Teresiana 2025 llegó a su emotivo final este sábado, 20 de septiembre, con la llegada de cientos de peregrinos a Alba de Tormes. La última jornada fue un intenso recorrido de fe, reflexión y hermandad que partió a primera hora de la mañana desde Nava de Sotrobal y culminó, al anochecer, en el corazón teresiano de la villa ducal.
Los caminantes vivieron un día marcado por diversas celebraciones y paradas simbólicas que reforzaron el espíritu de la peregrinación antes de alcanzar la meta final junto al sepulcro de Santa Teresa de Jesús.
La jornada comenzó a las 08:00 horas con la salida desde Nava de Sotrobal. El primer hito del día tuvo lugar en Coca de Alba a las 09:30 horas, donde la Iglesia Parroquial acogió la celebración titulada "Esperanzas de los hombres", un momento para la reflexión comunitaria.
El camino continuó hasta Peñarandilla. A las 11:30 horas, los peregrinos hicieron un alto para participar en la Celebración de la Palabra: "Oración, escuela de esperanza", profundizando en uno de los pilares del carisma teresiano.
El municipio de Garcihernández fue el escenario de la última parada antes de enfilar el tramo final hacia Alba de Tormes. A las 14:00 horas, se llevó a cabo la última Celebración de la Palabra del recorrido, bajo el lema "Esperar con paciencia". Tras este acto, los participantes compartieron la comida para reponer fuerzas.

Uno de los momentos más significativos y esperados de la jornada se vivió a las 18:00 horas. Tras reanudar la marcha desde Garcihernández, los peregrinos llegaron a la emblemática Cuesta Hijosa, donde se realizó el solemne Acto del Compromiso, un instante de profunda carga simbólica que renueva la fe y el propósito de los caminantes.
Finalmente, a las 20:00 horas, la Marcha Teresiana alcanzó su destino: Alba de Tormes. La emoción marcó la llegada al Convento de las Madres, donde se celebró la Eucaristía final de la peregrinación, con el evocador título "Tan alta vida espero...".
Como broche final, se procedió al traslado de la imagen de Santa Teresa a la clausura. La despedida de los peregrinos se realizó con una cena de hermandad, poniendo fin a días de convivencia y camino compartido. El regreso en autocar a Medina del Campo estaba previsto para las 22:30 horas, concluyendo así una edición más de esta arraigada tradición.