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FOTOS | La nueva vida de Pablo Montes: ni una pachanga desde su retirada, la 'espinita' clavada con Dani Chino, ya es entrenador y el pádel es su nueva afición...
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'EL LADO MÁS HUMANO DE...'

FOTOS | La nueva vida de Pablo Montes: ni una pachanga desde su retirada, la 'espinita' clavada con Dani Chino, ya es entrenador y el pádel es su nueva afición...

Actualizado 18/09/2025 10:17

En SALAMANCArtv AL DÍA estrenamos la sección 'El lado más humano de...' y el primer invitado es el mítico jugador de fútbol sala, que ahora ha dado el salto al mundo de los banquillos

Ha pasado más de un año desde que Pablo Montes, uno de los referentes del fútbol sala salmantino y ex del Piensos Durán Albense o Unionistas FS, decidiera colgar las zapatillas. Un tiempo de desconexión necesaria, de reconectar con la familia y de mirar el deporte desde la barrera. Sin embargo, la pasión por el parqué nunca se fue del todo y ahora ha regresado, pero con un rol completamente diferente: el de entrenador del equipo filial del Salamanca FS en Tercera División.

Tras una carrera intensa, Montes sintió la necesidad de parar. "Ha sido un año en el que he estado un poco más parado y desconectado de la competición. Lo he aprovechado para estar más con mi familia, con mis seres queridos", confiesa. Lejos de la rutina de entrenamientos y viajes, dedicó su tiempo a otras facetas, entre ellas, la formación. "También he aprovechado para sacarme el primer nivel de entrenador, que era algo que tenía ahí pendiente", explica. Fue un periodo de recarga, de disfrutar de otras aficiones como "el pádel" y, sobre todo, de asimilar el final de una etapa con total naturalidad.

Del 'yo' del jugador al 'nosotros' del técnico

Ahora, al frente del filial del Salamanca FS, ha experimentado en primera persona el abismo que separa al jugador del entrenador. La transición no es solo táctica, sino profundamente psicológica. "Está siendo un reto muy bonito", afirma, pero no duda en señalar la principal diferencia que ha encontrado. "Yo siempre digo que los jugadores somos egoístas, y es que es así. Aunque estés en un deporte de equipo, el jugador es individualista porque quiere estar bien, quiere disfrutar en la cancha y, por supuesto, quiere ganar".

Esa perspectiva, centrada en el rendimiento individual, se desvanece por completo al asumir el mando desde el banquillo. "Esa perspectiva cambia por completo. Aquí, en todo momento, ya solo piensas en el modo de nosotros, en el grupo, en planificar, en anticipar, en estar muy pendiente de la gestión grupal", detalla Montes. El trabajo se transforma en un análisis constante, en una búsqueda incesante de la mejora colectiva. "Es un estado de conexión continua, de análisis, de probar cosas y, en ese sentido, es mucho más exigente que como jugador. Tú te dedicas a estar bien, a entrenar y a cumplir con tus rutinas. Aquí estás en todo momento pendiente de la mejora continua del equipo".

Ni una pachanga y una 'espinita' clavada con su hermano

El corte con su vida de jugador ha sido tan radical que sorprende con una confesión. "Si te digo la verdad, no he vuelto a jugar una pachanga", asegura. Las zapatillas se "quedaron guardadas tras un torneo de homenaje en Vitigudino" su pueblo, y desde entonces, no ha vuelto a sentirlas. "Como tenía muy clara la toma de decisión, tampoco lo he repensado o me he arrepentido. Asimilo con total naturalidad el cambiar de página", comenta. El gusanillo de la alta competición, sabe, es irrepetible en un partido amistoso, y prefiere evitar la frustración de "querer hacer cosas que tu cuerpo ya no te permite".

A pesar de la firmeza de su decisión, una pequeña nostalgia permanece. Un sueño que no pudo cumplir por muy poco. "Me ha quedado esa espinilla de poder jugar con mi hermano, Dani Chino, y cerrar ya la etapa, pues como la que empezamos juntos", lamenta. El destino quiso que su hermano regresara a Salamanca justo después de su retirada. Ahora, lo disfruta desde otra perspectiva: "Disfruto como jugador y como hermano, viéndolo en la cancha y de tener la suerte de contar con un jugadorazo aquí en nuestro club".

Un proyecto de cantera para el futuro de Salamanca

Más allá de su equipo, Pablo Montes está implicado en un proyecto más ambicioso: fortalecer la estructura del Salamanca FS desde la base. Junto al nuevo técnico del primer equipo, Chema Sánchez, y la directiva, busca crear una metodología uniforme para todo el club. "Creemos que en Salamanca hay buena materia prima, y que el trabajo de cantera permita ir poco a poco reponiendo la calidad en el primer equipo con gente de la casa, que eso es imprescindible", subraya.

La visión a medio y largo plazo es clara: devolver a Salamanca a la élite del fútbol sala nacional. ¿Es factible ver a un equipo de la ciudad en Segunda División en cinco años? "Yo creo que no es descabellado, pero que es muy difícil", admite con realismo. Montes considera que se están poniendo las bases, pero que el salto definitivo requiere un esfuerzo colectivo. "Exige mucho trabajo y también creo que exige más apoyo o activar más el tejido aquí local. Eso también tenemos que poner foco nosotros y las administraciones para apoyar este deporte".

Por último, Pablo Montes concluye con un mensaje de optimismo. "Salamanca es un ecosistema ideal para poder conseguir tener un club a nivel profesional, y ojalá podamos conseguirlo a corto y a medio plazo". Un objetivo ambicioso para el que ahora trabaja desde la pizarra, con la misma pasión que antes demostraba sobre el parqué.