El devastador incendio de Cipérez eleva a más de 10.300 las hectáreas quemadas en Salamanca en lo que va de año
Foto: Europa Press
Según el informe oficial de la Junta de Castilla y León la provincia ha registrado 126 siniestros hasta la fecha, con la intencionalidad como la causa más frecuente en número.
La provincia de Salamanca cierra un verano trágico en lo que a incendios forestales se refiere. En lo que va de año, se han registrado un total de 126 incendios que han calcinado 10.370,69 hectáreas de superficie. Así lo reflejan los datos provisionales del informe de Infocyl, publicado por la Junta de Castilla y León con fecha de 10 de septiembre de 2025.
Este desolador balance está marcado por un suceso que ya forma parte de la historia negra de la provincia: el gran incendio de Cipérez, que por sí solo fue responsable de la destrucción de más de 9.200 hectáreas, convirtiendo este 2025 en un año especialmente duro para el patrimonio natural salmantino.
Un balance teñido por el humo de una catástrofe histórica
El análisis detallado de la superficie afectada revela el impacto ecológico de los fuegos. Aunque la mayor parte del terreno quemado corresponde a pastos, la pérdida de masa forestal arbolada es muy significativa y de difícil recuperación.
Según el desglose oficial, del total de más de 10.000 hectáreas, 2.748,38 hectáreas corresponden a superficie arbolada, mientras que los pastos han sido la vegetación más castigada con 7.231,02 hectáreas calcinadas. El matorral y monte bajo suman 391,29 hectáreas afectadas por las llamas.
Cipérez: el incendio que ha reescrito la historia del fuego en Salamanca
El suceso más grave del año, y que ya figura como el más devastador en la historia registrada de la provincia de Salamanca, fue el incendio originado en el término municipal de Cipérez. El fuego, que se declaró el pasado 13 de agosto a las 14:40 horas, es responsable de casi el 90% de toda la superficie quemada en la provincia durante 2025.
La magnitud de esta catástrofe medioambiental queda reflejada en sus cifras oficiales. El incendio calcinó un total de 9.285 hectáreas forestales, de las cuales 2.285 hectáreas eran de superficie arbolada y las 7.000 hectáreas restantes correspondían a pastos. A día de hoy, el informe de la Junta de Castilla y León mantiene la causa probable de este desastre dentro de la categoría de "desconocido".
¿Cuál es el origen de los fuegos? La intencionalidad lidera en número
La mano del hombre se confirma, un año más, como la principal responsable de los incendios en el campo salmantino. Sin embargo, el informe de Infocyl revela una dualidad clave: aunque los fuegos intencionados son la causa más frecuente en número, no son los más destructivos en superficie. Este trágico récord corresponde a los incendios de origen desconocido, una categoría marcada casi en su totalidad por la catástrofe de Cipérez.
El análisis detallado muestra que la categoría de causa desconocida, aunque solo agrupa 18 siniestros, es con diferencia la más devastadora, sumando la abrumadora cifra de 9.309,59 hectáreas calcinadas por las cifras del incendio de Cipérez. De esta superficie, 2.300,52 hectáreas eran de arbolado y 7.008,18 de pastos, lo que evidencia el impacto de fuegos de gran virulencia y rápida expansión.
En segundo lugar por superficie afectada, pero a la cabeza en frecuencia, se sitúan los fuegos intencionados. Se han registrado un total de 48 fuegos provocados deliberadamente, que han quemado 549,79 hectáreas. Este dato demuestra que, si bien la intencionalidad es un problema persistente, la mayoría de estos siniestros logran ser controlados antes de alcanzar grandes dimensiones. La única causa de origen natural, los rayos, se encuentra detrás de 19 incendios que afectaron a 405,23 hectáreas, principalmente de matorral y monte bajo.
En un escalón inferior en cuanto a impacto se encuentran los fuegos accidentales, con 31 casos que sumaron 98,93 hectáreas, y las negligencias, responsables de 9 pequeños fuegos que apenas afectaron a 7,13 hectáreas. Finalmente, el informe de la Junta de Castilla y León contabiliza un único fuego reproducido, con un impacto testimonial de 0,01 hectáreas de pastos.
La mayoría de los siniestros se quedan en conatos
A pesar de la gravedad de las cifras totales, el informe también demuestra la eficacia de los servicios de extinción en la mayoría de las intervenciones. De los 126 fuegos registrados, la gran mayoría no llegaron a superar la hectárea de extensión, lo que evidencia que una rápida actuación es clave para evitar catástrofes mayores.
La distribución de los fuegos por su tamaño es la siguiente: 90 de ellos fueron conatos (menos de 1 hectárea), 15 incendios quemaron entre 1 y 5 hectáreas, y un total de 21 siniestros superaron las 5 hectáreas, siendo estos últimos los que, como en el caso de Cipérez, causan el mayor daño ecológico.
