En su despedida, ha destacado la transformación de la entidad, que encontró "en ruina" y deja saneada y con prestigio, agradeciendo el esfuerzo colectivo y el apoyo institucional.
Tras casi nueve años al frente de la Cámara de Comercio de Salamanca, Benjamín Crespo ha anunciado que deja la presidencia. En una comparecencia cargada de emoción y balance, Crespo ha explicado que considera que "es el momento de abrir una nueva etapa" en la histórica institución, fundada en 1886. Su despedida no es un final abrupto, sino un relevo meditado, ya que ha adelantado que en el próximo pleno extraordinario propondrá a su sucesor para continuar con el legado de una entidad que, bajo su mandato, ha resurgido de sus cenizas.
El todavía presidente ha recordado con crudeza el punto de partida de su mandato. Ha descrito una Cámara que encontró en una de sus "épocas más difíciles, con las cuentas en ruina, con una imagen dañada y con la confianza social gravemente herida". Un escenario desolador que, lejos de disuadirle, le impulsó a tomar las riendas. "Aquel desafío, que muchos consideraban insalvable, lo asumí con el convencimiento de que Salamanca no podía quedarse sin una institución que represente y defienda a sus empresas", ha afirmado Crespo, subrayando la responsabilidad que sintió hacia el tejido empresarial salmantino.
Nueve años después, el panorama es radicalmente distinto. Benjamín Crespo ha presentado con orgullo una institución transformada. "Hoy tenemos una cámara distinta, saneada económicamente, reconocida socialmente y recuperada en prestigio, y sobre todo, útil para el tejido económico de nuestra tierra", ha sentenciado. Este cambio, ha insistido, no es un logro individual, sino el resultado de un esfuerzo compartido. "Ha sido una obra colectiva, fruto del esfuerzo y la implicación de muchas personas", ha recalcado.
En su discurso, los agradecimientos han ocupado un lugar central, dibujando un mapa de las alianzas y colaboraciones que han hecho posible la recuperación. Ha destacado el "compromiso del pleno y del comité ejecutivo", pero ha dedicado una mención especial al equipo técnico y humano de la Cámara. "Su esfuerzo constante y su capacidad de adaptación han sido fundamentales para mejorar y crecer juntos", ha expresado. En este punto, ha personalizado su gratitud en la figura del secretario general, Emilio Checa, cuya "entrega incansable" y "profundo conocimiento" han sido, en sus palabras, claves en el proceso.

La red de apoyos institucionales también ha sido fundamental. Crespo ha extendido su gratitud al Gobierno de España, a la Junta de Castilla y León y su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, a la Diputación de Salamanca, presidida por Javier Iglesias, y al Ayuntamiento de Salamanca. También ha mencionado la intensa colaboración con las dos universidades de la ciudad, la Universidad de Salamanca y la Universidad Pontificia de Salamanca.
Su reconocimiento ha trascendido el ámbito local y regional, agradeciendo a la Cámara de España y a su presidente, José Luis Bonet, así como al Consejo de Cámaras de Castilla y León, presidido por Antonio Miguel Méndez Pozo, y a todos sus homólogos en la comunidad. "Sin su apoyo y su confianza, este camino hubiera sido imposible", ha admitido.
El mandato de Crespo ha estado marcado por desafíos de gran envergadura. Primero, la ardua tarea de "enderezar las cuentas" de una institución en crisis. Después, el impacto sin precedentes de la pandemia de la COVID-19. Sobre este periodo, ha recordado el papel crucial de la entidad: "Superamos juntos el impacto de la pandemia, que puso a prueba a todas nuestras empresas como nunca antes. Y la Cámara estuvo a su lado, con ayudas, asesoramiento y programas de supervivencia".
Más allá de las crisis, su presidencia ha impulsado la modernización, apoyando a una "nueva generación de empresarios, jóvenes con talento y coraje" y abriendo la Cámara al mundo para "reforzar la internacionalización y tender puentes más allá de nuestras fronteras".
Con la vista puesta en su trayectoria, Crespo ha compartido una reflexión personal y emotiva. "Ser presidente de la Cámara de Comercio de Salamanca ha sido, sin duda, el mayor honor de mi vida pública", ha confesado. Ha agradecido a su familia, y especialmente a su mujer, el apoyo incondicional.
Su mensaje final ha sido para los empresarios y autónomos, a quienes ha definido como "los verdaderos líderes transformadores de nuestro país". "Vosotros sois la razón de ser de esta institución. Todo mi trabajo durante estos años ha tenido un único fin, estar a vuestro lado, defender vuestros intereses y daros voz", ha concluido.
Benjamín Crespo se marcha con la certeza de dejar una institución sólida, una "casa común" que, desde 1886, ha sido y seguirá siendo la "punta de lanza de la economía" de la provincia. Una entidad que es, en sus propias palabras, "memoria y futuro", preparada para afrontar una nueva etapa con los cimientos firmemente reconstruidos.

Por su parte, el presidente de la Confederación de Empresas de Salamanca (CES), Antonio Rollán, ha divulgado una carta en la que agradece la labor de Benjamín Crespo y ensalza su gestión. Estas son sus declaraciones:
Hoy quiero dedicar unas palabras muy especiales a Benjamín Crespo, quien tras nueve años de entrega y compromiso al frente de la Cámara de Comercio de Salamanca, ha anunciado hoy su decisión de dejar la presidencia de la institución.
Durante todos estos años, Benjamín ha sido una figura clave para el tejido empresarial salmantino. Su dedicación incansable, su pasión por el mundo empresarial y su preocupación constante por mejorar las condiciones y oportunidades para las empresas de Salamanca dejan una huella imborrable.
Para quienes hemos tenido el privilegio de compartir camino con él, Benjamín ha sido mucho más que un presidente de Cámara: ha sido un aliado, un defensor incansable de los intereses empresariales, y sobre todo, una persona profundamente comprometida con su tierra y con sus
empresarios.
Desde CES hemos encontrado siempre en él a una persona abierta al diálogo, colaboradora, leal y con un sentido profundo de responsabilidad. Su mirada siempre ha estado puesta en cómo mejorar el entorno para que las empresas salmantinas crezcan, se desarrollen y encuentren oportunidades. Ha sido un presidente que ha sabido estar a la altura de los retos, y que ha hecho de la Cámara una herramienta útil, cercana y eficaz.
Pero más allá del cargo y la labor institucional —que ha sido impecable—, quiero destacar al Benjamín persona: al empresario generoso, al compañero que siempre está, al amigo que escucha, al hombre que no pierde la humildad ni en los momentos de mayor responsabilidad.
Gracias, Benjamín, por tu entrega, por tu liderazgo sereno y firme, por tu ejemplo y por tantos años de trabajo por y para los empresarios.
En mi nombre, en el de nuestro secretario general, Antonio Flórez, y en el del resto de la Junta Directiva de CES te deseamos lo mejor en esta nueva etapa que inicias.
Comparto estas sentidas y merecidas palabras de nuestro secretario general, Antonio Flórez: “Durante todos estos años, Benjamín ha representado con entrega, visión y firme compromiso los intereses del empresariado salmantino. Su trabajo al frente de la Cámara ha sido ejemplar, guiada siempre por una vocación de servicio, una defensa incansable del tejido empresarial y un esfuerzo constante por tender puentes entre instituciones, empresas y sociedad. Su trayectoria deja una huella imborrable y un legado de trabajo bien hecho, de diálogo y de responsabilidad. Quienes hemos tenido la oportunidad de acompañarle en este camino, sabemos que tras cada decisión y cada palabra ha habido siempre una profunda humanidad y
una pasión sincera por mejorar las condiciones de quienes día a día construyen esta tierra desde el emprendimiento y el esfuerzo”.
Te vas de la presidencia de la Cámara, pero sabes que aquí seguimos caminando juntos.
Con todo mi cariño y admiración.
Antonio Rollán. Presidente de CES

Fotos de David Sañudo